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San Esteban de Pravia 1958

En los buenos tiempos, esos que la nostalgia ayuda a maquillar haciendo olvidar las amarguras, “El Vasco” llegaba hasta San Esteban, San Esteban de Pravia, una parroquia del concejo asturiano de Muros de Nalón acostada a la orilla izquierda de la Ría de Pravia, allí donde el Nalón se pierde en el Cantábrico. San Esteban, como se le conoce al pueblo en la comarca, ha conocido tiempos mejores. O al menos, más prósperos.

  • Última actualización
    29 octubre 2018 18:05

Aquellos en los que la actividad minera en las cuencas interiores de Asturias, sobre todo la del Caudal y sus afluentes, convirtieron a San Esteban, a San Esteban de Pravia, con nombre y apellido, en un importante puerto de salida de carbón hacia Bilbao e Inglaterra, entre tantos otros destinos.

Entre finales del siglo XIX, y especialmente la primera década del XX y mediados del pasado siglo, San Esteban fue un pueblo que pudo ser ciudad gracias a su puerto. Pero ni lo uno ni lo otro. Con sus pocos más de 500 habitantes,  la cuarta parte de los que un día tuvo, sigue siendo la misma parroquia de antes del carbón. En los buenos tiempos, esos que cada vez ya menos lugareños son capaces de recordar, el ferrocarril Vasco-Asturiano,  “El Vasco”,  situó a San Esteban en la malla final de la cadena carbonera, lo mismo que el Ferrocarril del Norte había hecho ya con Gijón con el carbón  del valle medio del Nalón.

San Esteban (de Pravia, no lo olvidemos)   muestra aún en su paisaje las huellas de lo que un día fue, las cicatrices de un puerto carbonero de exportación cosido a las cuencas del Caudal por “El Vasco”. De aquello quedan grúas, edificios, muelles, un puñado de marinos y portuarios, y quedan también estadísticas, recuperadas ahora por Puertos del Estado, que en una nota de prensa remitida  ayer informaba de la digitalización y puesta a disposición del público de información estadística portuaria desde el año 1958.

Y allí, en el pdf “Resumen de las Memorias de los Puertos Españoles. Ejercicio de 1958”, cuyo original en papel algún día debió pertenecer a José A. Barthelemy González, según se  lee escrito a lápiz en la portada, y publicado por la Dirección General de Puertos y Señales Marítimas del Ministerio de Obras Públicas, está San Esteban de Pravia. O mejor dicho, la Junta de Obras y Servicios del Puerto de San Esteban de Pravia, con nombres y apellidos compuestos, formando parte de la aristocracia de los Puertos de Interés General del Estado en 1958, XXII Año Triunfal. 

Colocado en el puesto 20 en orden alfabético, entre Pasajes y Santa Cruz de Tenerife, San Esteban de Pravia luce orgulloso su condición de puerto de interés general. Pero con la modestia debida. De hecho, las estadísticas  oficiales indican que el mayor buque que atracó aquel año en sus muelles era de sólo 117 t. Sin embargo, la Dirección General de Puertos cifraba el valor del Puerto de San Esteban de Pravia “en condiciones de funcionamiento” en 747.487.000 pesetas. El Puerto de Algeciras “valía” entonces 609.944.416 pesetas. Otros tiempos.

Pero la suerte ya estaba echada. Por sus limitaciones físicas, por el empuje de El Musel, por las cuotas del carbón... por lo que fuera, el Puerto de San Esteban de Pravia fue relegado a una posición marginal hasta perder prácticamente la actividad portuaria en la década de los 70. El Puerto siguió dependiendo del Estado hasta el traspaso de competencias al Principado de Asturias en 1979 pero ya nada volvió a ser lo mismo. 

Al repasar la lista de puertos de interés general del Estado de 2018, uno se pregunta si alguno de ellos lleva también escrito,  sin saberlo, el mismo destino de San Esteban de Pravia.