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¿Se recuperará el comercio internacional?

Logístico

Albert Oñate
  • Última actualización
    08 septiembre 2023 05:20

Hemos conocido recientemente estudios que apuntan a un leve incremento del comercio mundial en este 2023, comparado con la recesión del segundo semestre del año pasado. Ahora bien, esta leve mejora no disipa en absoluto los nubarrones que se ciernen sobre este determinante factor de la economía. Los datos publicados se basan en el valor de los productos importados y exportados y, dada la importante inflación en Europa y Estados Unidos, las cifras reales de volumen de negocio quizás no sean tan optimistas. Basta ver las estadísticas portuarias y estas no engañan.

El consumo es una herramienta básica para el desarrollo económico. Este círculo teóricamente virtuoso, que implica que un mayor consumo conlleve mayor producción, mayor utilización de materias primas y ello implique desarrollos logísticos a nivel mundial, empieza a mostrar debilidades y es muy difícil predecir cuándo se van a recuperar los niveles de estos últimos años.

Debemos estar preparados para convivir con una disminución prolongada de la demanda a nivel mundial

Voy a responder a la pregunta que da título a este artículo. Creo que NO. Y debemos estar preparados para convivir con una disminución prolongada de la demanda a nivel mundial y, por tanto, de un descenso del comercio. ¿Qué factores me llevan a pensar en que el comercio se va a situar por debajo de las expectativas? Son principalmente cuatro.

1. CHINA. No es fácil hacer predicciones de la segunda economía del planeta, pero la previsión del PIB de China para el año 2023 se ha reducido por debajo del 5%, muy por debajo de las expectativas iniciales, y después de un pésimo año 2022. Otros indicadores tampoco son nada positivos, como el descenso de las exportaciones, el de las importaciones y el desempleo, especialmente el juvenil, que ha llegado hasta el 21%. Ahora bien, no desestimemos la capacidad de las autoridades chinas de estimular su economía, y valga como ejemplo el tremendo auge de la exportación de coches.

2.- INFLACIÓN. Este es uno de los mayores problemas que tenemos en Europa y en Estados Unidos, y si bien es cierto que se ha frenado la curva ascendente, no parece sencillo reducirla a la velocidad que precisaría la salud de la economía. En España, que somos uno de los países con la inflación más baja de Europa, tenemos un 2,6% interanual, aunque la inflación subyacente es del 6% y sin perspectivas de reducción. La receta contra la inflación es encarecer el dinero, o sea, enfriar la economía.

3. TENSIONES GEOPOLÍTICAS. La guerra en Ucrania no cesa y sus efectos tampoco. Y este es uno de los factores con mayor incidencia en la economía de la zona euro. Pero es que se mantienen muchas zonas en tensión como el Mar de China u Oriente Medio, y ahora se suma la inestabilidad en varios países de África, la mayoría excolonias francesas. Quizás nada nuevo, pero seguro que nada bueno.

4. CRISIS CLIMÁTICA. Hay un cierto consenso en que hay que reducir las emisiones si queremos salvar el planeta, lo que no está claro es a qué velocidad debemos hacerlo, y este asunto se ha convertido en un reclamo electoral, para partidos de diferentes signos políticos. Fenómenos globales como sequías, y valga como ejemplo la que afecta al Canal de Panamá; incendios devastadores y una subida nunca vista de las temperaturas, son factores que van en aumento y que obligarán a tomar medidas a los gobiernos, y muchas de ellas afectarán al comercio y al transporte.

Nuevos escenarios traerán nuevas oportunidades. Ya hemos aprendido otras muchas veces a vivir en escenarios tan complejos.