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“Spider” y la pena de telediario

  • Última actualización
    26 septiembre 2025 05:20

Ya sabemos que meterse en pleitos no es deseable, ni aunque se ganen. La extrema lentitud de la justicia, salvo que seas la mujer del presidente, hace que, en más ocasiones de las asumibles, la justicia no lo sea, por tardía. A esta lacra de los plazos de la justicia hay que sumar la lotería del juez. Se depende demasiado del criterio de este o aquel juez, de si es conservador o progresista.

Es lamentable que, por muy cargado de razón que vayas a un juicio, se tenga la sensación de que el veredicto puede salir de un lado o de otro, como si de una moneda al aire se tratara. Además, no podemos olvidar la pena de telediario, quizás la mayor pena posible. Más allá de la multa o de la privación de libertad temporal, la pena de telediario puede ser infinita y eterna.

La macro-operación “Spider”, contra el tráfico de drogas en el Puerto de Valencia, ha saltado a todos los medios de comunicación estos días, dando a conocer el trazo gordo del asunto. Ante lo atractivo del tema, los medios no han podido resistir a la tentación de conectar el ventilador y empezar a esparcir relatos, con o sin datos. Da igual que no se sepa distinguir un estibador de un portuario, o un trabajador del puerto de uno del Puerto.

Se escribe con trazo más que grueso. Salpicando a la imagen pública de nuestro sector, hablando de “mafia portuaria del narcotráfico” con implicación de “estibadores, empresarios, aduaneros y transportistas corruptos...”, vamos que todo aquel que tenga que ver algo con el Puerto de Valencia ha pasado a ser sospechoso, salvo, de momento, los trabajadores del Diario del Puerto, aunque a mí ya me han preguntado los amigos, creo que de broma, si yo también estaba en el ajo.

Una tela de araña judicial e informativa en la que, injustamente, quieren atrapar todo el sector

El sector, en su globalidad, vuelve a estar acusado, juzgado y ejecutado, sin que nadie se pare a distinguir un testigo de un imputado, una detención para tomar declaración de una detención con cargos. Todo el que sea “estibador, empresario, aduanero o transportista...” tiene ya algo más turbia su imagen.

El tiempo, meses, años a veces, que transcurre entre la implicación de determinadas personas en determinados casos y la resolución final del caso, son años de condena para el que, de entrada, es sospechoso, aunque solo pasara por ahí.

Es cierto que el derecho a la información es sagrado, qué les voy a decir yo, pero también es sagrada la presunción de inocencia. Que los investigadores transmitieran la información cuando tuvieran datos más concretos y específicos evitaría la generalización injusta que se está produciendo.

En un sector como el nuestro, en el que todos tratamos con todos, a veces de forma totalmente distendida, gracias a los muchos o muchísimos años que tenemos de cercana relación, hace que la detención de treinta o cuarenta personas vinculadas al sector tenga preocupado... a todo el sector.

Tenemos claro que los avances en la lucha por la economía sostenible y el medioambiente, la creciente labor de responsabilidad social, los grandes logros en el incremento de tráficos, ocuparán un mínimo espacio en los medios. Nada comparable al tiempo y el espacio que van a dedicar a “Spider”. Una tela de araña judicial e informativa en la que, injustamente, quieren atrapar todo el sector.

Esperemos que cuando, dentro de unos años, se aclare quién ha hecho qué, se pidan disculpas a todos los demás. Aunque, ya les adelanto que el daño a “estibadores, empresarios, aduaneros, transportistas...” no lo van a compensar nunca. Ni tampoco lo van a intentar.