Cuando Naciones Unidas establece entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (#famousODS): “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas” (Objetivo 5), es que algo no cuadra. La igualdad de género no sólo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Así lo subraya las Naciones Unidas y así lo creo yo.
Necesitamos personas críticas, conscientes de sus privilegios y decididas a perder espacio en favor de quien está sometido a la inexistencia bajo el yugo de su género, de su clase, de su raza o de todo ello a la vez. Cada una y cada uno debemos examinarnos y reconocer que sí, que tenemos privilegios, y que tenemos la obligación de dar voz a quienes han estado silenciados o mejor dicho silenciadas. Urge que se escuchen sus relatos, que se materialicen sus formas de dirigir y de proceder, para que las mujeres tengamos referentes que nos impulsen a tomar caminos diferentes: porque si otras lo han hecho, es porque se puede.
Por eso, quiero que las grandes y pequeñas directivas del sector (porque necesitamos referentes en todos los puestos, como los tenéis los hombres) sean modelos a seguir.
Blanca Sorigué, directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, es una de estas personas que podrían marcar la diferencia en las generaciones futuras de logísticas, estibadoras y transportistas porque, a pesar de “nos queda un largo recorrido hasta alcanzar la igualdad de género en el sector empresarial e industrial”, como confesaba ella misma en la presentación de BWAW que arranca hoy, su presencia y discurso son contundentes.
Otra compañera que puede inspirarnos es Cristina Martín, CEO de USYNCRO, que con un bagaje profesional que no hace falta mencionar, me conquistó cuando confesó que le gustan la princesa Brave y Hermione, de Harry Potter, porque “ambas no se conforman y consiguen cosas”; y que el único autógrafo que ha pedido en su vida fue a otra compañera a la que admira.
Y no podía olvidarme de la pionera Ida Stier, CEO del Grupo Stier, que comenzó en esto del shipping hace 40 años y se ha consolidado como un referente en Canarias con empresa propia. “Eran tiempos difíciles para la mujer y más para una joven separada extranjera y con dos hijos. Aún no se reconocían los méritos ni las valías de las mujeres ni éstas tenían derecho para hablar o reclamar lo que les pertenecía. Problemas y dificultades que aún hoy existen”, me reconocía en una entrevista al hablar de cómo lo vivió.