Mediados de agosto, vacaciones... sol, playa... o monte. Más y más sol, hasta hacer arder media España, con la ayuda de pirómanos con o sin corbata.
En esos días de letargo casi obligado, bajo el aire acondicionado, con la barriga desabrochada y las ganas de movernos totalmente ausentes... nos tuvimos que poner a trabajar en una operativa de contenedores. Un trabajo de coordinación intenso en el que participaron innumerables actores. Dentro de los miles de milagros que viene realizando Aportem – Puerto Solidario Valencia para seguir ayudando a los damnificados por la DANA, teníamos que mover cuatro contenedores a tres destinos distintos, tres colegios de la zona afectada.
Valoro un poco más toda la labor de los puertos para mover millones de TEUs
Son contenedores vacíos, ideales para crear un valioso espacio añadido de almacenamiento para esos colegios y su precaria situación post DANA. Con esta operativa se movilizaron decenas de profesionales y voluntarios, de la Base de Contenedores de la que salieron los TEUs, de la empresa encargada del transporte, directores y directoras de los colegios, voluntarios de Aportem y... como guinda, de la productora de TV que quiso grabar todo aquello para un programa de próxima emisión. Cada cual debía estar en su sitio, el día D a la hora H. Dejar las chanclas a un lado y bajar al barro, nunca mejor dicho, con la dificultad añadida de que deberíamos acudir con los pelos arregladitos... por aquello de dar bien en la pequeña pantalla. Pese a que se recurrió a la creación de un grupo de whatsapp, arma de doble filo donde las haya, poner de acuerdo tantas agendas no fue sencillo. Cuando ya estaba todo preparado... se cambió el día por no sé qué imprevisto... y vuelta a empezar. Ciertamente, vivimos esos días de agosto con cierta ternura, al comprobar cómo tanta gente de tan distintas profesiones y tan variados intereses daban lo mejor de su profesionalidad y su talante para que los críos de esos colegios empezaran el curso con menor incomodidad. En función de lo bien que vienen estos contenedores vacíos para casi infinitas funciones, Aportem ha colocado ya seis de ellos, destinados a almacenar muebles, material deportivo, material de construcción o bicicletas. Las semanas que se invirtieron en concretar esta altruista operativa sirvieron, además de la valiosa colaboración solidaria, para dos cosas: por un lado, para sacarnos una amplia sonrisa de esperanza en el ser humano en general y de gratitud para todos y cada uno de los implicados en particular. Cada cual puso su trabajo, su tiempo, sus medios... y todos, y esto es lo más importante, una actitud positiva y colaborativa, pese a lo poco adecuado de las fechas en las que se llevó a cabo la operativa.
Además, ese complejo ejercicio de coordinación, de unidad de esfuerzos, sirvió también, miren por donde, para subrayar el inmenso valor de los puertos en particular y de la logística en general. Teniendo en cuenta la que liamos para mover cuatro contendores sin salir de Valencia, valoro un poco más toda la labor de los puertos para mover millones de TEUs, con todo tipo de destinos, en todos los rincones del mundo mundial.
Todavía habrá quien diga que la logística es cara. Ahí los quería haber visto yo, a mediados de agosto, tratando de aclarar qué contendor iba a dónde y cuándo.
