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Zambombas y zambombazos

Liberado de la horca del espumillón y la asfixia del polvorón, este Suricata se despereza de nuevo por estas sus páginas un poco sorprendido de que en estos días de zambombas algunas patronales se hayan dedicado a repartir zambombazos.

  • Última actualización
    09 enero 2020 16:44

Rendidos como estamos al “melindrismo” de la corrección política abusiva y la diplomacia distorsionadora, es de agradecer que en el sector logístico haya todavía gente con ganas de llamar al pan, pan y a las mentiras “mendacidades”.

De igual forma, tocándose como se tocan con asiduidad los niveles máximos en los cuales se hace complicado controlar la indignación, puede tener su sentido el aparcar la mojigatería y poner en negro sobre blanco lo que uno piensa y, además, con la contundencia merecida.

Ahora bien, en este mundo las palabras no se las lleva el viento ni menos cuando se cultivan para que críen en la hemeroteca, por lo que los estallidos deben ser medidos pues el camino no es que sea largo, es eterno, los compañeros de viaje no cambian y no se deben dinamitar los puentes por mucha razón que asista y muy justificados que estén los desahogos. Además, intensificar los discursos lleva a una espiral en la que se van acabando los calificativos y eso sólo se resuelve multiplicando el índice de barbarismos hacia una distorsión incontrolable.

La razón con mesura es más razón y no rendición.