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Prades, la estopa y el transporte

Ya lo dijo el pasado martes Carlos Prades, presidente de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística en el transcurso de la inauguración de las nuevas instalaciones de formación de la FVET: “no es nada fácil encontrar motivos de celebración”.

  • Última actualización
    30 septiembre 2021 11:20

Efectivamente, el transporte por carretera no vive uno de sus mejores momentos. Más allá de todas aquellas lacras que siguen lastrando el desarrollo de esta actividad esencial, existe la convicción de que este sector sigue sin obtener el reconocimiento que realmente merece. Y es así.

No es una novedad. Durante años el transporte por carretera ha sido relegado a ocupar plazas en los últimos lugares de la cadena logística, cuando todos sabemos que da igual cómo sea el eslabón porque si falla cualquiera de ellos la cadena se romperá.

No hablamos, por lo tanto, de la relevancia de un colectivo en el entramado logístico de un país, sino de su fortaleza como para aguantar los tirones de la cadena o las ineficiencias de otros eslabones mejor considerados, pero quizás bastante más débiles en cuanto a su consistencia estructural y operativa.

La FVET, con Carlos Prades al frente y apoyado sobre la fortaleza de un pilar básico en su gestión como es Carlos García, es perfectamente consciente de los problemas que afronta el transporte por carretera. Lejos de caer en el lamento perpetuo (que casi siempre impide el movimiento), la Federación trabaja con coherencia para tratar de cimentar una base que sirva para trazar un futuro más sólido.

En esa compleja tarea, la formación profesional juega un papel fundamental, ya no solo por lo que supone de profesionalización de la actividad, sino porque eleva al colectivo a una dimensión superior en la que los profesionales del transporte, con una formación específica y concreta, son capaces de aportar valor añadido a su labor diaria, sumando su granito de arena a la consolidación de un sector que necesita mejorar su imagen, ya no solo para ganar peso institucional, sino también para recuperar las vocaciones que tanta falta hacen en esta profesión.

Conviene no olvidar el repaso en forma de estopa verbal que Carlos Prades propinó ante las autoridades en su vehemente discurso del martes en la inauguración de las instalaciones de formación de la FVET

Así, conviene celebrar las nuevas instalaciones de formación de la FVET, ya no tanto como un nuevo espacio para mejorar las condiciones en las que los alumnos y docentes desarrollan su actividad, sino como un semillero en el que echará raíces el transporte por carretera del futuro.

Pero conviene no olvidar el repaso en forma de estopa verbal que Prades propinó ante las autoridades en su vehemente discurso del martes: “El sector está bastante cansado de palabras y discursos que nada tienen que ver con las políticas y las actuaciones que luego se impulsan”; “Parecería que tenemos que disculparnos y pedir perdón por realizar nuestro trabajo y por seguir creciendo y prestando servicios de forma eficiente”; “Es indignante y lo que es peor, desmoralizante, que para cantar las bondades de otros medios de transporte haya que demonizar al nuestro. Que, para potenciar otro medio, haya que penalizar el nuestro”.

¿Lo quieren más claro? Lo dudo. Son solo tres perlas extraídas de un discurso mucho más extenso que les animo a rescatar y leer con detenimiento. No tiene precio.

Con todo, como conozco bien a Prades y sé que es una persona crítica y extremadamente exigente, pero también un optimista nato, me quedo con una de sus frases finales y que viene a resumir tanto su carácter como el que están imprimiendo en la Federación: “Somos gente honrada y esforzada para los que las cosas nunca han sido fáciles, pero nuestra obligación es seguir creyendo en lo que hacemos y defenderlo para poder continuar haciéndolo”.  No tengo ninguna duda de que va a ser así.