GIJÓN. El Faro de Torres, construido en el año 1924, se encuentra sobre un macizo rocoso de cuarcitas que, al estar muy fracturadas, presentan riesgo de inestabilidad, ha señalado la Autoridad Portuaria de Gijón.
En el caso concreto del talud objeto de intervención, situado sobre la zona de aparcamiento, se han comenzado a producir desprendimientos de pequeñas rocas que pueden generar daños en los vehículos.
Para evitar estas caídas de material, se prevé instalar una malla de alambre de acero elástico, resistente a la tracción, en una superficie aproximada de 276 metros cuadrados.
Adicionalmente, para favorecer la instauración de la vegetación y reducir de ese modo la inestabilidad del terreno, se procederá a instalar una geomalla de similar superficie.
Con esta actuación se atiende la solicitud expresada recientemente a la Autoridad Portuaria de Gijón desde la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Gijón, en la que se advertía del problema generado en el entorno del mismo con la caída de piedras.
El Faro de Torres es propiedad de la Autoridad Portuaria de Gijón y se encuentra cedido al Ayuntamiento para su utilización como equipamiento del Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres, albergando un museo y un espacio administrativo. El aparcamiento es utilizado por los visitantes y los trabajadores del equipamiento.