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Que los coches contaminan

Atención: que resulta que, al final, la contaminación de las ciudades se debe principalmente al tráfico rodado y no a la actividad portuaria, como muchos subrayan a diario. ¿No les parece una súper sorpresa? Permítanme la ironía.

  • Última actualización
    29 junio 2020 12:34

Que los coches contaminan lo sabemos todos, pero que lo hacen más que nuestros puertos parece que es una cosa que había que confirmar y la Covid-19 lo ha facilitado al meternos en casa durante unas semanas abandonando nuestra (irresponsable) costumbre de movernos por la vida en vehículos de motor de combustión. 

Hace unos días, la Autoridad Portuaria de Valencia hizo públicos los resultados de un estudio sobre la calidad del aire en el Puerto de Valencia y en la ciudad, realizado en el mes de abril y parte de mayo. Los resultados vinieron a confirmar una importante reducción en los niveles de Óxido de Nitrógeno (NO2) y Partículas PM10 debido al descenso del tráfico de vehículos en la ciudad, que se ha reducido en torno al 69% frente a la bajada del 26% del portuario. Según el informe, el efecto de la actividad portuaria en la atmósfera es muy inferior al que ocasiona la circulación de vehículos a motor en la ciudad, tanto en NO2 como PM10, ya que el Puerto ha continuado manteniendo su labor.

Los puertos están invirtiendo ingentes cantidades de sus recursos en facilitar la reconversión del sector portuario hacia el modelo más green posible

Y para todos los escépticos apuntar sólo dos cosas. La primera, los puntos que recogieron los datos son las estaciones de control de la calidad del aire de la propia ciudad (el Puerto ahí no tiene nada que ver) y los que se encuentran en el recinto portuario. Y la segunda, sí se ha tenido en cuenta la bajada de actividad portuaria a la hora de asimilar los datos. Quiero decir, no es que se haya comparado la ciudad sin coches con un puerto sin afectación de Covid, reajuste de líneas y servicios. Se han comparado los datos en el mismo marco.  

Así las cosas, se podría decir que los datos avanzados por el Puerto en más de una y de dos ocasiones, han sido verificados por estudios científicos (de esos que gustan a todos, porque nadie ha salido a rectificarlos ni a poner en duda a los autores de los mismos). Pero... no pasa nada. De eso mejor no hablamos. ¿No?Hace unos meses pasó lo mismo con el Puerto de Barcelona. La ciudad lanzó unas cifras alarmantes de contaminación por culpa (siempre hay que buscar culpables porque así ya tienes todo el trabajo hecho... de verdad... #hastaelpirri) del puerto y ¿se contrastaron los datos antes de lanzar las últimas horas informativas? Nop. Tuvo que ser el Puerto quien explicara de dónde venían las cifras y porque sencillamente no eran veraces. 

Además, en este caso, ambos puertos están claramente comprometidos con una gestión sostenible y medioambientalmente responsable(sus líneas estratégicas son claras y sus planes de empresa lo reflejan), están invirtiendo ingentes cantidades de sus recursos en facilitar la reconversión del sector portuario hacia el modelo más green posible y, por si fuera poco, las gentes de fuera están premiándolos por sus proyectos e iniciativas (precisamente la pasada semana la International Association of Ports and Harbors otorgó dos Premios Mundiales de Sostenibilidad Portuaria 2020 a Valenciaport y la Fundación Valenciaport). 

Ah, y se me olvidaba, ambos están preparados para atender a los buques de última generación, aquellos que intentan alcanzar las emisiones 0 (hace poco lo demostraron con las escalas de los clase MSC Gülsün), pero parece que no importa. 

Menos mal que sus gestores, erre que erre, siguen diciendo verdades, poniendo en valor el trabajo de muchos de los profesionales de las autoridades portuarias y sus entidades vinculadas (ahí están “los grandes” de la Fundación Valenciaport, again) que, con sus ideas, desarrollan nuevas realidades en las que la actividad logística y portuaria podrá ser cada vez más eficiente y sostenible y, por tanto, viable.