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Sí es posible una Ley Aduanera competitiva

Los agentes de aduanas españoles lo pueden decir más alto, pero no más claro: el Proyecto de Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal contempla un endurecimiento de las condiciones de actividad de la representación aduanera de tal calibre que su aprobación tal cual está redactado hará peligrar 10.200 empleos en España. 

  • Última actualización
    05 febrero 2021 17:42

El Proyecto de Ley incluye medidas de lucha contra el fraude con hitos como la actualización de la lista de paraísos fiscales, el control fiscal sobre el mercado de criptodivisas, la limitación de los pagos en efectivo o la prohibición por ley de las amnistías tributarias. Ok, hasta aquí lo compramos. Pero, el problema es que, al tiempo que nos hablan de luchar contra el fraude, añaden una modificación en el impuesto sobre el Valor Añadido en su afectación a la normativa aduanera, “lo que dificulta los requerimientos para el desarrollo de dicha actividad”, explica el Consejo General de Agentes de Aduanas; y, además, en relación con el régimen de responsabilidad en las operaciones aduaneras, prevé que los agentes y representantes aduaneros “deban responder como responsables subsidiarios, sobre el IVA a la importación (y otros impuestos asociados) mediante unas garantías financieras por el plazo de 4 años desde el despacho de las mercancías”. Pero-qué-me-estás-contando.

Las medidas del Proyecto de Ley se llevan por delante el atractivo comercial y la competitividad de España en el marco europeo

En este escenario, los aduaneros lo tienen claro: nadie va a querer trabajar en España porque, oh sorpresa, la gente no es tonta. Una vez se establezca el despacho centralizado europeo ¿qué sentido tendrá operar en un país en el que exista uno de los regímenes de responsabilidad más rigurosos de la UE? Pudiendo elegir (además sin penalizaciones de ningún tipo) despachar las mercancías que lleguen a España desde Rotterdam, Copenhague o Hamburgo, ¿para qué hacerlo desde Algeciras, Barcelona o Valencia? Los operadores centralizarán las operaciones (y departamentos) y... tracatrá ¡menos costes y todos felices! (ellos, claro, los que hayan deslocalizado la actividad).

Además, no solo estaríamos hablando de amortizaciones de empleos vinculados a la actividad de representación aduanera en España y de la concentración de la actividad en grandes operadores, sino que las implicaciones del endurecimiento de las condiciones del ejercicio de la representación aduanera se sentirían de manera inevitable en nuestro comercio exterior y en la capacidad de internacionalización de las empresas españolas. 

Pero... ¿no nos decían que el comercio exterior era fundamental para nuestra economía, para nuestro PIB? ¿No es uno de los principales motores que tiene el país para su recuperación económica en la era COVID? ¿Entonces?

Tomar la decisión de salir del grupo de países que aplican un nivel de restricción medio y que incluye a los estados con mayor volumen de comercio exterior de la UE (a saber: Alemania, Países Bajos, Italia y Francia) es una estrategia para... ¿algo? A ver si es que nos estamos perdiendo la jugada maestra... Aunque lo dudo. 

Las medidas del Proyecto de Ley se llevan por delante el atractivo comercial y la competitividad de España en el marco europeo, en eso estamos todos de acuerdo, así que, por favor, señores del Gobierno ¿nos explican las razones por las que no ven (o no quieren ver) los problemas que plantean dos voces expertas y autorizadísimas como son las del Consejo General de Agentes de Aduanas y la de FETEIA-OLTRA? Oye, que si el problema es que no entienden alguna cosita, díganlo que sé de muchos que estarían disponibles para sesiones informativas. Mejor preguntar que arrepentirse ¿no? 

Hagamos una Ley Aduanera del siglo XXI que nos permita tener un sector aduanero español en el siglo XXI.