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Txupinazos y petardazos

Aunque este 6 de julio el txupinazo tendrá que esperar otros 365 días para prender en la balconada de la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona, podemos confiar en entonar el “Pobre de mí” a las 23.59 h del 14 de julio para iniciar así la verdadera cuenta atrás para los “Sanfermines 2022”, que si nada se tuerce,  podrán regresar a su cita “presencial” tras dos años de ausencia por la pandemia.

  • Última actualización
    05 julio 2021 16:23

Este 6 de julio, a las 12.00 del mediodía, volveré a sentir nostalgia sanferminera, por mucho que la Plaza del Ayuntamiento esté vacía o que hace ya más de 30 años que no piso Estafeta o la Plaza del Castillo en julio. Nostalgia de juventud.

El caso es que, en apenas 18 meses,  la pandemia nos ha impartido, sin nosotros quererlo, un curso acelerado de nostalgia que en días como hoy nos pone a prueba a algunos de los alumnos más aventajados en esto de añorar algunos tiempos pasados. Sin embargo, este 6 de julio veo más luces que sombras en lo que ha de venir y mi mirada no se proyecta tanto hacia lo bueno que quedó atrás sino a lo bueno que aún está por llegar. 

Así,  en lo profesional el mes de septiembre ya apunta esbozos de cierta normalidad en lo que a las actividades presenciales se refiere, con diferentes eventos programados para celebrarse de forma física o, al menos, en formato mixto. Esta recuperación de espacios de encuentro personales es especialmente relevante para comunidades portuarias como la de Bilbao, donde Uniport ha tejido a lo largo de los años una red de empresas públicas y privadas que cooperan para competir en un mercado global donde el Puerto de Bilbao quiere tener un papel protagonista.

UniportBilbao, con su Junta Directiva, su equipo de profesionales y sus 135 empresas asociadas, entre ellas la propia Autoridad Portuaria de Bilbao, ha mantenido vivo el pulso  de la comunidad portuaria durante estos 18 meses transcurridos desde el inicio de la pandemia, reforzando su contribución a la competitividad del puerto con numerosas iniciativas que han sido adaptadas a la situación sanitaria.

Dicen que de los errores se aprende. Cabe esperar que quienes dieron el petardazo  con la huelga de la estiba en Bilbao hayan aprendido su propia lección. Porque ya apenas queda margen de error

Sin embargo, el éxito alcanzado en este empeño no ha conseguido borrar la necesidad del contacto personal y directo entre los profesionales como la manera más genuina de establecer relaciones empresariales y negocios duraderos, tal y como defiende el presidente de Uniport, Jaber Bringas,     reelegido para un nuevo período de dos años.

Por ello, puede calificarse como una excelente noticia la intención de Uniport de retomar  los actos presenciales a partir del mes de septiembre (siempre y cuando la situación sanitaria lo permita), entre ellos la celebración de su Asamblea General,  que dos veces al año reúne a la gran familia logística bilbaína en un encuentro que sus miembros valoran de forma especialmente positiva.

Sin embargo, este año el mensaje del presidente ofrece una lectura un tanto agridulce como consecuencia de los efectos que la pasada huelga de estiba ha tenido en los tráficos portuarios y, lo que es más importante, en la imagen y la reputación del puerto y de la propia comunidad portuaria. La reparación del inmenso daño provocado por tres meses de huelga costará mucho tiempo reparar entre todos. Pero como Jaber Bringas señala en las páginas de este Diario, el logístico-portuario es un sector que se crece ante las dificultades y que, cuando se junta, sabe salir adelante.  Dicen que de los errores se aprende. Cabe esperar que quienes dieron el petardazo  con la huelga hayan aprendido la lección. Porque ya apenas queda margen de error.