Faltan profesionales
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A la inestabilidad política y a la incapacidad del sector del transporte de mercancías por carretera de responder de manera inmediata a los objetivos de movilidad sostenible, se suma el problema de la escasez de conductores.
Según la consultora Transport Intelligence en España faltan unos 15.000 y, a nivel mundial, el 24% de los puestos de conductores profesionales no se cubren, según indica la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU).
Asimismo, el vicepresidente ejecutivo de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), Ramón Valdivia, apunta que “solo uno de cada cuatro conductores en España es menor de 50 años, así que en una década se perderá más del 30% de esta fuerza laboral por falta de relevo generacional y esto en un país con una tasa de paro juvenil del 38%, la mayor de la OCDE. Entre todos, tenemos que hacer más atractiva esta profesión”.
Entre las principales razones que explican la ausencia de conductores profesionales destaca que la profesión ya no es atractiva: conducir un camión requiere pasar muchas horas fuera de casa y, en muchas ocasiones, dormir en áreas de servicio poco seguras y poco confortables y, por si fuera poco, la remuneración salarial no compensa todo el esfuerzo. Además, hay una carencia formativa en este sector y adquirir los permisos para conducir un camión requiere de una inversión importante que, a día de hoy, no cuenta con ayudas.
El fomento de la intermodalidad, la formación profesional y la mejora de las condiciones laborales se configuran como las palancas de la transformación del sector de la carretera hacia un mayor atractivo para las nuevas generaciones
Atraer a jóvenes y a mujeres
La secretaria general del MITMA, María José Rallo, señaló durante la inauguración de la II Jornada “La FP de los conductores profesionales: esencial para que el mundo siga en movimiento”, celebrada en el mes de abril en Madrid, que para atraer a jóvenes y a mujeres a esta profesión se deben “mejorar las condiciones laborales; mejorar el prestigio social de la profesión; y contar con un sistema de formación ambicioso. Siempre partiendo de una base clave: que todos sepan que existe la posibilidad de desarrollar una carrera profesional sólida en este sector, algo para lo que el trabajo de los orientadores en los institutos es fundamental”.
Por su parte, Luis Miguel Soto, CEO de AT Academia del Transportista, señaló en esta misma jornada que “la FP de los conductores actual parte del gran error de base de no incluir dentro de su plan de estudios la obtención de los diferentes permisos de conducir, obligando a un esfuerzo complementario de formación y económico en otros ámbitos, alejando a los estudiantes de la vía de la FP y dejando al sector del transporte huérfano de talento joven”, y añadió que “la formación de nuestros conductores debe alinearse con los grandes retos del transporte del siglo XXI, en el que las empresas reclaman nuevas competencias ligadas a la digitalización, la eficiencia, la sostenibilidad y los avances tecnológicos”.
Para favorecer el acceso a la profesión a los 18 años, Soto recalcó las cuatro acciones que la Administración debería de llevar a cabo: “Eliminar el requisito de tener previamente el permiso de conducir para obtener el Certificado de Profesionalidad (CP); convalidar la autorización CAP sin examen a los que la finalicen el CP; crear una red capilar de centros que impartan FP de Conductores; y facilitar la obtención del permiso de conducir en el ámbito de la FP, como ya sucede con las escuelas y organismos militares y de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil”.
“Solo uno de cada cuatro conductores en España es menor de 50 años, así que en una década se perderá más del 30% de esta fuerza laboral por falta de relevo generacional y esto en un país con una tasa de paro juvenil del 38%”
Asimismo, en la jornada “Drivers Shortage. El reto de la falta de conductores en una nueva economía logística”, celebrada en el marco de la tercera jornada del Salón Internacional de la Logística (SIL), se puso de manifiesto la necesidad de otorgar protección social a los conductores para atraer a nuevas generaciones. Para solventar esta situación, los ponentes de la jornada señalaron que es fundamental, en primer lugar, ofrecer unas condiciones dignas; asegurarle al conductor que va a tener una remuneración justa que atienda al tiempo de trabajo y no a los kilómetros; y que se limiten las funciones que no sean propias del chófer, como la carga y la descarga.
Durante la celebración de la jornada también se puso de manifiesto que el desarrollo del ferrocarril supondría un alivio en el volumen de carga que asume hoy en día la carretera, ya que se transvasaría al tren y, con ello, se necesitarían muchos menos transportistas. Sin embargo, los ponentes señalaron el retraso en el desarrollo del ferrocarril y afirmaron que, por ello, el problema de la carretera no se puede solventar a corto plazo.
Por tanto, el fomento de la intermodalidad, la formación profesional y la mejora de las condiciones laborales se configuran como las palancas de la transformación del sector de la carretera hacia un mayor atractivo para las nuevas generaciones.