Estas ayudas buscan facilitar, a los transportistas autónomos que así lo deseen, abandonar la actividad siempre que se tengan más de 63 años o se cumplan una serie de requisitos de vulnerabilidad. De este modo, se afronta el problema de la elevada edad de buena parte de los titulares de microempresas de transporte y se avanza en la modernización del transporte por carretera. La medida busca además salvaguardar la salud de los profesionales más vulnerables evitado la merma económica que supone la retirada profesional, a la vez que se preserva la seguridad vial en las carreteras.
El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible impulsa esta política modernizadora y de incremento de la seguridad en el sector del transporte por carretera en el marco del Plan Impulsa, una de las medidas contempladas en la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030.
Para ser beneficiario de estas ayudas, los transportistas autónomos deben cumplir los siguientes requisitos:
• Tener una edad superior o igual sesenta y tres años o haberle sido declarada una incapacidad permanente absoluta o total para el desempeño de la profesión habitual de transportista.
• Al menos una de las autorizaciones de transporte público de que sea titular el solicitante debe estar en vigor en el momento de presentación de la solicitud y hasta que se renuncie a ella por resultar beneficiario de la ayuda o, en su caso, en la fecha de aprobación de la pensión de incapacidad permanente en grado de total, absoluta o gran invalidez que recoja la Resolución correspondiente.
El listado de beneficiarios de estas ayudas aparece publicado en la sede electrónica del Ministerio. En concreto, en 2025 se han beneficiado de estas ayudas 321 transportistas autónomos.