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La excesiva regulación lastra la oferta formativa en el transporte ferroviario

  • Última actualización
    20 mayo 2025 12:17

El transporte ferroviario de mercancías es un sector en constante reinvención. A pesar de su potencial en la descarbonización de la actividad logística, lo cierto es que este modo de transporte no acaba de dar con la tecla para aumentar su cuota de mercado en España. En los últimos años, además, ha comenzado a sufrir un problema que no ayuda a revertir esta situación: comienzan a escasear los maquinistas para las mercancías, una cuestión agravada por alta exigencia en la fase formativa de estos profesionales.

La formación en el sector ferroviario es dispar, “y muy influenciada por los monopolios históricos”, tal y como asegura Juan Diego Pedrero, presidente de la Asociación Española de Empresas Ferroviarias Privadas (AEFP). “Pensemos que hace algunos años el oficio de maquinista se podía conseguir a través del servicio militar de ferrocarriles”, recuerda.

En el caso de los maquinistas, en los últimos años se está constatando una tendencia de trasvase de los conductores de mercancías hacia los trenes de pasajeros y especialmente hacia los servicios de cercanías. Para Pedrero, hay una “desafección” por la conducción de trenes de mercancías, “que imponen horarios y viajes más condicionantes”.

En cuanto a la oferta formativa también ha habido una evolución, pues en el pasado estaba prácticamente en manos de Renfe y sus más de 10 centros de formación. Hoy día, “tanto las empresas ferroviarias privadas como los centros de formación igualmente privados han incrementado esa oferta”.

La formación ferroviaria es muy diferente según el oficio que se vaya a desempeñar. En la actualidad, la formación específica de conductor de trenes es la más exigente, alargándose durante 13 meses o 1.100 horas, combinando la parte teórica y la práctica, además de que no es barata. “La necesidad de formar maquinistas es constante por la aparición de nuevas compañías ferroviarias en el mercado y especialmente por el desplazamiento de los maquinistas de las empresas privadas hacia Renfe”, afirma Pedrero. En un solo año, de media, se produce un trasvase de entre 700 y 900 maquinistas al año, “atraídos por las facilidades sociolaborales del sector público ante las que el resto de las empresas no pueden competir”.

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Juan Diego Pedrero
presidente de la AEFP

“La regulación condiciona mucho en el tráfico internacional al no existir un título de maquinista válido para todo el espacio ferroviario europeo”

Es decir, encontramos un proceso formador exigente y unas expectativas laborales nada fáciles. Pero esta no es la principal barrera de acceso a la profesión. Para el presidente de la AEFP, un importante hándicap es la regulación de mercado ferroviario: “La AESF (Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria) es la que autoriza y regula la formación ferroviaria y autoriza un número limitado de convocatorias de exámenes”. A esto hay que sumar que esa formación requiere de unas prácticas que son muchas veces complicadas de realizar, si bien se está avanzando en el uso de simuladores.

Sin embargo, con la finalización de esa formación inicial no comienza la vida profesional de ese maquinista, que, por otro lado, es el perfil más demandado en este sector. Tras obtener su diploma -objetivo que lleva más de un año-, el futuro conductor debe cualificarse tanto para el tipo de línea en la que vaya a realizar sus servicios de transporte como para el modelo de máquina que conduzca, unas habilitaciones que conllevan un plazo suplementario de entre tres y seis meses. “Aquí vemos todo el contraste, por ejemplo, con los conductores de camiones que, una vez cuentan con su título pueden conducir cualquier tractora y por cualquier recorrido europeo, lo que es imposible en el ferrocarril”. En este punto, Pedrero insiste en que “la regulación condiciona mucho en el tráfico internacional al no existir un título de maquinista válido para todo el espacio ferroviario europeo”.

Por tanto, en un sector y una actividad donde la digitalización y la automatización se está imponiendo, y donde la descarbonización de la actividad logística puede ser un aliciente a la hora de que el transporte ferroviario aumente su cuota de mercado, lo cierto es que sigue habiendo muchas carencias para seguir atrayendo talento.

Una de las primeras acciones a realizar, según Juan Diego Pedrero, es facilitar el acceso con menos condicionantes regulatorios, así como permitir la circulación de los maquinistas en toda la Unión Europea. Además, pero no menos importante, se debería incrementar de forma importante el número de simuladores en los procesos formativos, los cuales, por otro lado, “deberían estar más estandarizados”. Finalmente, el presidente de la AEFP insta a subvencionar los Centros de Formación para abaratar el coste de la cursos y habilitaciones profesionales.