Ocean Network Express (ONE) cerró el segundo trimestre del ejercicio fiscal 2025 con un beneficio neto de 285 millones de dólares, en un contexto de tarifas a la baja, sobrecapacidad global y tensiones geopolíticas, manteniendo su previsión anual gracias a su flexibilidad operativa, el reajuste de servicios y el control de costes ante un mercado inestable.
ONE ha sorteado un trimestre especialmente agitado en el mercado marítimo mundial, marcado por la incertidumbre arancelaria, el exceso de capacidad y la volatilidad de los fletes. A pesar e que sus ingresos cayeron un 24% respecto al año anterior, la compañía logró cerrar el segundo trimestre de su ejercicio fiscal 2025 con un beneficio neto de 285 millones de dólares, demostrando capacidad de adaptación.
El balance presentado por la naviera con sede en Singapur este martes refleja un entorno mucho más exigente que el de 2024, cuando los fletes aún conservaban parte del impulso postpandemia. En el actual ejercicio, las tarifas de los principales tráficos Este-Oeste se han desplomado por la entrada masiva de nueva flota y el fin del ciclo de demanda extraordinaria.
Perspectiva “cautelosa” para 2025
El CEO de ONE, Jeremy Nixon, asegura que estos resultados del segundo trimestre “subrayan la resiliencia y estabilidad de ONE en un mercado desafiante”. “A pesar de las fluctuaciones del mercado impulsadas por las incertidumbres geopolíticas, obtuvimos resultados positivos y aseguramos la rentabilidad para la primera mitad del año fiscal. Mantenemos una perspectiva cautelosa para todo el año dada la dinámica actual del mercado y continuaremos tomando medidas para adaptar nuestra red y optimizar nuestra flota, asegurando que satisfacemos las demandas del mercado y brindamos a los clientes confiabilidad a largo plazo”, añade.
Los resultados del segundo trimestre “subrayan la resiliencia y estabilidad de ONE en un mercado desafiante”, según su CEO, Jeremy Nixon
El beneficio operativo (EBIT) cayó un 85% interanual, hasta los 282 millones de dólares, y el EBITDA se redujo un 63%, situándose en 881 millones. Los ingresos trimestrales descendieron hasta 4.455 millones, frente a los 5.864 millones del mismo periodo del año anterior. No obstante, las cifras suponen una ligera mejora respecto al primer trimestre, lo que apunta a cierta estabilización del negocio tras un arranque débil.
Más carga, menos rentabilidad
El volumen transportado por ONE se mantuvo prácticamente estable. En el segundo trimestre se movieron 3,3 millones de TEUs, un 1% más que en el mismo periodo del año anterior. El aumento del volumen, sin embargo, no se tradujo en mejores márgenes debido a la fuerte presión sobre los precios. El índice de fletes en las rutas Asia–Norteamérica Este y Asia–Europa Oeste se situó en 132 y 164 puntos respectivamente, muy lejos de los niveles de 2024.
La compañía atribuye parte de la subida de volúmenes al “front-loading” observado en julio, cuando numerosos exportadores adelantaron envíos hacia Estados Unidos ante la amenaza de nuevos aranceles. Este repunte temporal dio cierto alivio a la actividad, aunque no evitó la caída general de tarifas al final del trimestre.
A ello se suma el incremento de la flota mundial, con entregas continuadas de nuevos buques de gran capacidad, que siguen presionando la oferta en el mercado. En paralelo, el desvío de servicios por el Cabo de Buena Esperanza, motivado por la crisis en el mar Rojo, ha ayudado parcialmente a absorber capacidad, pero sin compensar totalmente el exceso de tonelaje.
Previsiones a la baja
Para el conjunto del ejercicio fiscal 2025, ONE prevé alcanzar unos ingresos de 16.500 millones de dólares y un beneficio neto anual de 310 millones, cifras inferiores a las del año anterior pero dentro de su rango de estabilidad operativa. La compañía admite que el entorno global sigue marcado por “significativas incertidumbres”, desde la política comercial de EE. UU. hasta la evolución de los conflictos geopolíticos y la congestión portuaria.
El grupo mantiene su compromiso de flexibilidad para adaptar servicios y flota a las condiciones de mercado. “El entorno podría no ser tan robusto como inicialmente se esperaba”, señala el informe, “pero ONE seguirá monitorizando los acontecimientos globales y ajustando su operación para responder eficazmente”.
Más flexibilidad y control de costes
Ante este escenario, ONE ha reforzado su política de eficiencia y de gestión dinámica de la capacidad. La naviera ha revisado su portafolio de cargas y despliegue de buques, con ejemplos como el servicio PS5, buscando maximizar el rendimiento por unidad transportada. Además, ha mantenido medidas de contingencia frente a disrupciones logísticas en el mar Rojo y el Golfo de Adén.
El informe también destaca su vigilancia constante sobre las decisiones de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) y la evolución de los aranceles, para minimizar impactos en los clientes. En paralelo, la compañía ha implementado medidas flexibles para mitigar los efectos de la congestión portuaria, especialmente en el norte de Asia, donde las condiciones meteorológicas complicaron las operaciones durante el verano.
Una flota en expansión moderada
La estructura de flota de ONE se mantiene estable, con 271 buques en operación y una capacidad total de algo más de 2 millones de TEU. Durante el segundo trimestre se incorporaron tres nuevos buques, mientras otros contratos de nueva construcción siguen en curso. La mayor parte de las entregas corresponde a unidades de entre 7.800 y 10.500 TEU, un segmento clave en sus rutas transpacíficas y Asia–Europa.
Actualmente, el 33% de la capacidad de ONE se destina a servicios Asia–Norteamérica, el 26% a Asia–Europa, y el resto se reparte entre tráficos intraasiáticos y otras rutas. La compañía continúa apostando por el equilibrio geográfico y la eficiencia energética, aunque reconoce que el exceso global de oferta seguirá condicionando el mercado durante los próximos trimestres.