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IA y trabajadores, condenados a entenderse

  • Última actualización
    20 noviembre 2023 13:22

Raúl Tárrega

La IA será una realidad implantada en el sistema portuario, los expertos consultados por Diario del Puerto Publicaciones no lo dudan, eso sí, lo que está por ver es en qué intensidad y en cuánto tiempo.

El sistema portuario de titularidad estatal ya está dando pasos en esta dirección. El Marco Estratégico maneja el objetivo de tener en 2025 al menos 3 puertos próximos al concepto de puerto inteligente y 1 cercano al de puerto sincromodal. Para 2030, los objetivos son más de 4 puertos sincromodales y más de 7 inteligentes. “Estos puertos deberán estar haciendo un uso intensivo de IA generativa”, según Jaime Luezas, jefe del Área de Servicios a la Comunidad Portuaria de Puertos del Estado. Francisco Toledo, director de la Cátedra Smart Ports, coincide en este análisis, aunque matiza que, a corto plazo, no cabe esperar más que algunas aplicaciones que respondan a problemáticas muy concretas, “algo que está muy alejado de lo que sería un puerto inteligente”.

Alberto Camarero, profesor titular del Departamento de Ingeniería Civil, Transporte y Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, adelanta que en un escenario de uno a tres años la IA estará implantada en algunos puertos y en ciertos procesos de la actividad portuaria. “Todo lo relacionado con la sincromodalidad, la gestión de la documentación o la toma de decisiones basadas en datos a tiempo real de parámetros climáticos son ejemplos claros de un futuro que ya está aquí”, afirma.

EL DATO
4+7

El Marco Estratégico del Sistema Portuario Estatal establece el objetivo de contar en 2025 al menos con 3 puertos próximos al concepto de puerto inteligente y 1 cercano al de puerto sincromodal. Para 2030, los objetivos son más de 4 puertos sincromodales y más de 7 inteligentes.

Joan Meseguer, jefe de Proyectos de la Fundación Valenciaport, coincide en este plazo, asegura que la tecnología “ya está madura para ser utilizada” y subraya: “La implantación de una nueva tecnología muchas veces depende de que una empresa rompa el hielo, y sus competidoras vayan detrás”.

Como se ve, la IA no es algo que haya nacido ahora y su implantación se producirá de manera progresiva, en un proceso donde se irán identificando campos de actuación. “Creo que en cinco o diez años habrá una auténtica revolución en la gestión portuaria”, concluye José María Cecilia, CTO de Sensing Tools e Investigador Ramón y Cajal del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computadores de la Universidad Politécnica de Valencia.

Terminales ¿autónomas?

Una de las grandes preguntas que surgen es hasta dónde podrá llegar la IA. Trasladando esta duda a los puertos, podríamos cuestionarnos si esta tecnología sería capaz de gestionar de manera íntegra y de forma autónoma una terminal de contenedores. La respuesta a esta pregunta es complicada porque, en teoría, supone eliminar de la variable el factor humano. Técnicamente, los expertos consultados tienen clara la respuesta: sí. Sin embargo, todos ponen de relevancia que el trabajo realizado por seres humanos no puede salir de la ecuación.

Francisco Toledo afirma que “en la cúspide del sistema siempre tendrá que haber humanos y también a pie de buque”, ya que “la intervención humana en un proceso en el que concurren tantas cosas será siempre imprescindible y no sólo para responder a imprevistos”.

Pero ¿estamos preparados para esta situación? José María Cecilia muestra sus dudas. “Tiene muchas implicaciones éticas y políticas, sin olvidar las derivadas legislativas y de seguridad. Hoy en día es casi imposible que lo lleguemos a conocer”, afirma.

Joan Meseguer apuesta por una terminal híbrida, ya que siempre habrá situaciones imprevistas en las que se requerirá la intervención humana para resolver problemas específicos. En ese modelo de terminal “ciertos procesos serían supervisados por personas, y en caso de ser necesario, el sistema debería permitir tomar el control remoto de la maquinaria en el patio”. Y para ello es imprescindible dotar a las instalaciones portuarias de conectividades inalámbricas avanzadas como la tecnología 5G, algo que por el momento no está extendido.

Alberto Camarero pone el acento en que la IA, bien desarrollada, podrá gestionar de manera íntegra y autónoma una terminal de contenedores. Pero puntualiza que no hay que dejar de lado la aportación del ser humano, “porque la IA no es inteligencia, es artificial pero no inteligencia, que es algo propio del ser humano y, por ahora, imposible de adaptar a una máquina”.

La cadena logística impacta en la eficiencia de la IA portuaria

Los entornos portuarios son ecosistemas en los que conviven no sólo terminales portuarias y buques, sino que el transporte terrestre -tanto por carretera como ferroviario- está muy presente. La teoría dice que en un futuro la inteligencia artificial podría gestionar una terminal de contenedores, ¿sería capaz también de controlar la entrada y salida de camiones o los flujos de trenes?

Francisco Toledo, director de la Cátedra Smart Ports, tiene claro que sí. De hecho, tras trabajar en un proyecto europeo de IA del programa ESPRIT cuyo demostrador era de tráfico ferroviario, afirma que esta tecnología “será crucial para llegar a ser un puerto sincromodal, que es un paso más allá de lo que es un puerto inteligente”.

Joan Meseguer, jefe de Proyectos de la Fundación Valenciaport, va más allá, ya que puertos como el de Valencia está apostando por la inteligencia artificial para poder predecir mejor la ETA de los buques y posibles congestiones dentro del recinto. Esta información, combinada con los datos de los Port Comunity Systems (PCS), posibilita que puedan transmitirse a las parte implicadas recomendaciones de horarios de entrega y recogida de contendores, lo que “reduce la variabilidad en los horarios de llegada de los camiones, lo que a su vez disminuye el riesgo de congestiones y optimiza la fluidez del tráfico en el puerto”. Por su parte, Alberto Camarero, profesor titular del Departamento de Ingeniería Civil, Transporte y Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, asegura que la implantación de la IA en los procesos operativos portuarios se está realizando y está dando ya sus frutos. No obstante, la velocidad de implantación “depende de la concienciación de los puertos”, y muestra su convencimiento que “en los próximos años el número de operativas automatizadas utilizando la IA va a estar muy generalizada”.

Es cierto que los puertos tienen suficientes recursos, pero para que la eficiencia de la IA sea real y total, debe llegar a todos los eslabones de la cadena logística, tal y como advierte José María Cecilia, CTO de Sensing Tools e Investigador Ramón y Cajal del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computadores de la Universidad Politécnica de Valencia. Hay empresas, sobre todo las de menor tamaño y músculo financiero, que pueden no tener los recursos para poder implantar sistemas de IA en su día a día. “No podemos sacar a esas empresas” del puerto ni de la ecuación logística. “Por tanto, ¿va a ser el puerto el que financie ese salto en las empresas?” Cecilia afirma que, tecnológicamente es viable esa gestión de la IA de todo el tráfico terrestre, pero advierte de la afectación que tendría en el resto de las pymes.

IA: la semilla para nuevos perfiles profesionales

¿Supondrá la llegada de la inteligencia artificial la reducción de los puestos de trabajo en los ecosistemas portuarios? Históricamente, la introducción de innovaciones tecnológicas siempre ha conllevado anuncios sobre la extinción de puestos de trabajo. Con la IA está pasando lo mismo. Según una encuesta de la consultora Boston Consulting Group, el 44% de los empleados en España cree que su empleo podría desaparecer por culpa de la inteligencia artificial, un temor que “estoy seguro está también en los entornos portuarios”, tal y como teme Francisco Toledo, director de la Cátedra Smart Ports. “Estamos en la coyuntura de susto o muerte: puede asustar incorporar esas innovaciones, pero la alternativa es la muerte, o sea, quedarse fuera del mercado por falta de competitividad”, añade.

Joan Meseguer, jefe de Proyectos de la Fundación Valenciaport, pide una “utilización responsable” de la IA, para convertirla en “un socio esencial en nuestros puestos de trabajo”. “Cuando hablamos de la construcción de nuevos puertos o terminales, estas suelen diseñarse con un nivel de automatización elevado, aunque hay que tener en cuenta que dicha automatización generará otros puestos de trabajo, tanto en las propias empresas tecnológicas que desarrollan los algoritmos, como en los mismo puertos y terminales, donde será necesario disponer de personal técnico con conocimientos para gestionar y mantener los sistemas autónomos”, explica.

Alberto Camarero, profesor titular del Departamento de Ingeniería Civil, Transporte y Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, reconoce que “desaparecerán muchos de los puestos de trabajo tal y como los entendemos hoy”, pero también enfatiza que aparecerán otros nuevos relacionados directa o indirectamente con la IA. “Si somos capaces de adaptarnos y usar adecuadamente la IA el balance debería ser positivo”, concluye.

No hay que olvidar que la llegada de la IA será progresiva. En ese sentido, José María Cecilia, CTO de Sensing Tools e Investigador Ramón y Cajal del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computadores de la Universidad Politécnica de Valencia, asegura que aumentará la demanda de nuevos puestos de trabajo: “Más que una reducción de los empleos habrá una ralentización de la contratación, y los puestos existentes se irán modificando”.

Por su parte, Jaime Luezas, jefe del Área de Servicios a la Comunidad Portuaria de Puertos del Estado, califica esta situación como un “problema de monetización de la transformación digital, ya que no podemos plantearnos las personas trabajadoras como un coste sino como una inversión”.

La asunción de nuevos roles, la supervisión, el rol que deberán jugar los trabajadores en el codiseño de robots y la elaboración de contratos inteligentes, entre otros, ponen a las personas en el centro y establecen una nueva forma de trabajar que no necesariamente implica menos personas con contrato laboral. “Se abren nuevas posibilidades con la tecnología ocupándose de lo pesado, difícil, inseguro o repetitivo, y aparecen nuevas oportunidades de trabajo remoto, así como más oportunidades para la integración”, asegura.