Bárbara Cordero
Desde el punto de vista de UNO como organización que aglutina a proveedores de servicios logísticos a cargadores, ¿cuál es la situación actual del sector cargador?
La situación es similar en cualquier empresa que se dedique a la cadena de suministro, destacando especialmente tres aspectos en los que se está poniendo el foco: eficiencia, innovación y sostenibilidad.
Se ha producido un cambio de paradigma porque hemos pasado de ser proveedores a ser partners de nuestros clientes. Los productos y servicios cada vez se parecen más, por lo tanto, ahora son las cadenas de suministro las que compiten en los mercados. El abastecimiento ya no está garantizado como antes y además la distribución ha pasado a ser parte del marketing.
Al mismo tiempo, en este contexto marcado por la incertidumbre, es fundamental que se aclaren algunos aspectos relacionados con la competitividad que llevamos reclamando desde hace muchos años en España y que aún no hemos podido cerrar, como, por ejemplo, la ampliación de las masas y dimensiones.
Por último, hay otro aspecto estratégico que no ha parado de acentuarse desde la pandemia, y es la necesidad de integración y alineación entre las empresas, pues se ha demostrado que un cargador fuerte necesita de un operador logístico alineado con sus objetivos. Es decir, hemos entrado en una fase protagonizada por la colaboración operativa y estratégica.
La inflación, el aumento de los costes energéticos y la inestabilidad del comercio internacional ¿en qué medida están afectando al sector?
Las empresas del sector llevan años superando una crisis tras otra, pues la inestabilidad y la incertidumbre se ha convertido en estructural. Esto ha repercutido directamente en sus cuentas de resultados, ya que, además de producirse un aumento de los costes, se han visto obligadas a hacer grandes inversiones en materia de innovación y digitalización. Todo ello ha hecho mella en su capacidad de contratación, y el crecimiento moderado que se ha registrado en los últimos meses en el empleo logístico ha sido gracias a este esfuerzo titánico de nuestro tejido productivo.
¿Cuáles son las principales demandas que los cargadores les trasladan?
Las empresas cargadoras, con las que UNO permanece en contacto permanente, demandan a sus partners logísticos integración y alineación con sus objetivos, calidad en el servicio, capacidad de reacción y, sobre todo, el establecimiento de una relación a medio y largo plazo porque la logística ya no es una commodity sino una ventaja competitiva. Además, la sostenibilidad en las operaciones es otra demanda recurrente.
¿Cuál es el mayor reto del sector a corto plazo?
La gran transformación que ha protagonizado el sector en los últimos años ha traído consigo un abanico de desafíos sin precedentes.
Sin duda, el más inmediato es dar respuesta a las exigencias del nuevo contexto global, o lo que es lo mismo, impulsar la innovación y la digitalización de los procesos para responder de manera competitiva a un entorno que está en permanente cambio y al que los operadores tenemos que saber reaccionar con eficacia para garantizar la cadena de suministro. Hemos pasado de ser meramente operativos a convertirnos en talento de negocio.
¿Y a medio y a largo?
En el medio y largo plazo, el sector tiene el gran reto de sentar las bases para la configuración de las ciudades del futuro, siendo primordial para ello el diálogo público-privado; también avanzar hacia una movilidad y unas operativas más sostenibles, siempre con plazos razonables, para avanzar hacia la descarbonización.
Y nuestro desafío más ambicioso es convertirnos en un hub logístico de referencia mundial, para lo que es imprescindible entrar en la agenda comercial internacional del Gobierno, coordinar los flujos comerciales entre Asia y LATAM, así como rentabilizar la proximidad con África.
¿Qué previsiones tiene el sector de cara a fin de año?
Aún estamos trabajando en las previsiones de final de año, que solemos presentar de cara al último trimestre, pero, por ahora, los avances registrados no están siendo demasiado positivos. La situación de incertidumbre prolongada en la que vivimos, y cuyos efectos ya notamos a finales del 2022, se está acentuando, y, aunque todavía es pronto para hacer aproximaciones, parece que sus efectos se intensificarán de cara a la próxima campaña navideña.
¿La Ley de Transporte ha mejorado la operatividad del transporte por carretera?
La Ley de Transporte ha mejorado la operatividad en determinados aspectos y en otros no tanto. Por ejemplo, la carga y descarga ha mejorado en términos generales, pues ya no se obliga a los conductores que pasan todo el día en la carretera a realizar dicha función. Sin embargo, esto no es tan positivo para quienes realizan trayectos cortos y pernoctan en su casa, pues se han visto privados de realizar este servicio que les permitía incrementar sus ingresos.
Con respecto a las 44 toneladas y al aumento de masas y dimensiones, es una cuestión que también está en trámite y frente a la que estamos expectantes, pero que creemos que va a tener también un impacto muy positivo en el sector.
También valoramos de manera positiva la prohibición de trabajar por debajo de coste, de tal manera que si alguien considera que se encuentra en esta situación pueda denunciarlo para ponerlo en conocimiento.
¿En qué punto se encuentra el sector del transporte aéreo de mercancías?
Al igual que la economía, se encuentra en un punto en el que no se sabe muy bien si aumenta o decrece. Tenemos el caso del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, que en lo que va de año ha incrementado su carga un 10% con respecto al año anterior, pero también nos encontramos con el caso de los aeropuertos de El Prat Barcelona y el de Zaragoza, que han decrecido un 2% y un 9%, respectivamente. Esto hace que en el cómputo nacional la carga aérea haya crecido un 4%. Sin embargo, parece que está comenzando a contraerse un poco el consumo, en línea con las previsiones económicas no tan positivas que se esperan de cara a final de año, con una inflación que está repuntando y un precio del gasóleo también en crecimiento.
¿Cómo se está comportando el sector marítimo?
En este caso, estamos algo por debajo en comparación con el ejercicio anterior en lo que a tránsito se refiere, pero es verdad que con la estabilización de los costes de los fletes hemos salido de esa espiral de precios en la que llevábamos inmersos desde la pandemia y que se prolongó hasta el año pasado. Por tanto, aunque podemos decir que se ha normalizado la situación, estamos empezando a ver cómo la carga va bajando, algo que, creemos, puede tener un efecto contagio en todos los medios de transporte de aquí a final de año.
