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Logística frigorífica: la delicada dependencia de la energía

  • Última actualización
    09 febrero 2023 16:42

Fernando Vitoria

En términos generales, 2022 ha sido un año de altibajos para los diferentes colectivos encargados de la logística de la industria hortofrutícola por lo que respecta a la actividad. La incidencia real de determinados factores externos, como puede ser el caso del incremento de los costes de la energía, dejó las posibles buenas perspectivas iniciales en una quimera que no contentó a los operadores.

Un sector que presenta una dependencia tal de la energía, tanto para el transporte como para el almacenaje de la mercancía, ha sufrido en primera persona el incremento de los costes de la energía y los componentes. En muchos casos, además, ha sido imposible repercutir esos incrementos sobre los clientes, por lo que la cuenta de resultados de las empresas se ha visto claramente afectada.

Por si fuera poco, los agentes de la cadena de distribución de la industria hortofrutícola se enfrentan a un nuevo año cargado de incertidumbre, sin duda, la peor de las compañeras si lo que se persigue es estabilidad y un crecimiento sostenido en el tiempo.

Los profesionales confirman que este año ha sido imposible repercutir el incremento de los costes sobre los clientes, por lo que la cuenta de resultados de las empresas se ha visto claramente afectada

Tal y como asegura a Diario del Puerto Publicaciones Marcos Badenes, secretario general de ADELFE (Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España), a la espera de los últimos resultados de la encuesta trimestral de la asociación, “la sensación general es de mucha actividad y mejora de indicadores; condicionados, eso sí, por unos costes disparados que hacen que todo lo que podía ser positivo quede anulado y solo la excepcional capacidad de adaptación del sector, su profesionalidad y la aplicación de tecnologías y métodos de gestión de última generación hacen que, en general, sea una situación de equilibrio inestable”.

Para Badenes, los costes energéticos suponen el 50% de la factura, por lo que su incremento “ha anulado la capacidad de las empresas de obtener beneficios”.

En esta misma línea se ha manifestado José María Arnedo, presidente de ATFRIE, la Asociación Española de Empresarios del Transporte Bajo Temperatura Dirigida, quien asegura que el año ha sido “irregular” debido al cambio de los precios de los componentes, lo que ha generado que “algunos hayan empatado y otros hayan perdido”. Con todo, en relación con la actividad, considera que ha sido una campaña “normalita” que no ha cumplido con las expectativas que había sobre ella cuando comenzó el año.

Marcos Badenes: “Solo la excepcional capacidad de adaptación del sector, su profesionalidad y la aplicación de tecnologías y métodos de gestión de última generación hacen que, en general, sea una situación de equilibrio inestable”

Por su parte, Manuel Perezcarro, secretario general de CETM Frigoríficos y FROET, considera que 2022 ha sido “el año de los avances y de los logros” ya que los acuerdos en el Comité Nacional “deberían crear un nuevo contexto en el que las relaciones entre los transportistas y sus clientes serán más equilibradas”. Con relación al volumen de mercancía transportada y pese a no disponer de cifras cerradas, Perezcarro considera que “resultará algo inferior al año pasado debido, principalmente a que la campaña de invierno ha comenzado muy tarde por las altas temperaturas registradas en Europa”.

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Previsiones

La incertidumbre es la constante a la hora de poder lanzar unas previsiones para 2023, básicamente debido a la inestabilidad que generan los altos costes energéticos, la inflación y la coyuntura sociopolítica internacional, que acrecienta la sensación de inestabilidad del sistema. El secretario general de CETM, Manuel Perezcarro, cree que de cara a 2023 podría haber un “retraimiento del consumo que afectaría a las cifras en el transporte de mercancías a temperatura controlada”, provocado básicamente por “unos altos niveles de inflación y altos costes energéticos, de los vehículos, intereses financieros y el resto de los costes que conforman la explotación de un vehículo”.

Arnedo, sin dejar de estar plenamente pegado a la realidad, hace un llamamiento al optimismo “y pensar que el año en curso vamos a cubrir las expectativas que por desgracia no se han podido cumplir este año, esperemos que nos acompañe tanto el trabajo como la bajada de costes”.

EN DESTACADO
Manuel Perezcarro
Secretario general de FROET y CETM Frigoríficos

“2022 ha sido el año de los avances y de los logros ya que los acuerdos en el Comité Nacional deberían crear un nuevo contexto”

Situación del sector: la visión de los profesionales

Pero ¿cuál es la situación actual del sector? La visión de los profesionales difiere según su nicho de actividad, pero todos coinciden al señalar las situaciones endémicas.

José María Arnedo, presidente de ATFRIE, por ejemplo, cree que el proceso de fusiones y compras de empresas están generando mercantiles con “más músculo”, lo que tendrá un efecto directo sobre el sector ya que se podrá beneficiar de esa fortaleza financiera.

Marcos Badenes, secretario general de ADELFE, por su parte, define la situación como de “estabilidad crítica”. Es decir, en un contexto en el que los indicadores de funcionamiento “no son malos y dan pie a una estabilidad en materia de creación o destrucción de empresas o en materia laboral”, se da la circunstancia de que otros asuntos como pueden ser las normativas que afectan a la logística, “despiertan la temida incertidumbre y sobre todo lo relativo a los costes energéticos”.

El secretario general de ALDEFE considera que el sector está formado por empresas de larga trayectoria, “conservadoras en lo financiero, avanzadas en la aplicación de nuevas tecnologías y sistemas de gestión, pero, sobre todo, muy apegadas a las necesidades del cliente”. Al tratarse de un servicio muy especializado, exigente y ligado a normativas especialmente restrictivas, “solo la profesionalidad, la puesta al día continua y la mejor predisposición ante el cliente hace que su gestión sea eficaz. La razón es muy sencilla, en un ecosistema de mucha competencia si no eres una empresa con los matices de gestión que he descrito, el mercado te expulsa de forma fulminante y, siendo como son de larga trayectoria, evidentemente cumplen con esta forma de trabajar”.

Al mismo tiempo, Badenes cree que se trata de empresas “muy abiertas a la aplicación de tecnologías y sistemas de gestión. Esto también es aplicable a ampliaciones y nuevos proyectos. De la conexión entre estas características hemos tenido unos años de gran crecimiento en metros cúbicos de las instalaciones de frío, desde ampliaciones, pasando por mejoras de las instalaciones y como no, nuevas instalaciones. Ese espíritu continúa, si bien, amortiguado por la incertidumbre del mercado. Las ampliaciones en marcha no se han paralizado y las que están por ponerse en marcha no se han cancelado, únicamente se han pospuesto para acompasarlas a las necesidades de los clientes y, por tanto, del mercado. En este sentido hay prudencia y continuidad”.

Manuel Perezcarro, secretario general de CETM Frigoríficos y FROET, valora positivamente la situación del sector en función del número de afiliaciones, sin embargo, mantiene la incertidumbre de cómo será el año 2023. “En un momento de desaceleración económica como el que esperamos se produzca en los próximos meses, el transporte de mercancías también podrá verse afectado en cuanto a creación de empleo, pero no olvidemos que, por ser un sector estratégico, la necesidad de transformación digital del sector y la falta de conductores para solventar el relevo generacional nos hace pensar que podrá seguir siendo una fuente importante de creación de empleo”, asegura.

Asimismo, recuerda que a lo largo de 2022 las empresas han llevado a cabo una política de ampliación de flota muy moderada, “entre otras causas por la falta de vehículos, pero son conscientes que para ser competitivas requieren acometer inversiones de todo tipo”.

Al igual que José María Arnedo, Perezcarro considera que 2023 puede ser un año en el que se sigan produciendo macrooperaciones que permitan la unión y aprovechar las sinergias entre empresas para afrontar nuevos retos.

La guerra de Ucrania, otra piedra en el camino de la rentabilidad

Y ¿cómo está afectado el conflicto bélico en Ucrania al sector? Todos los agentes coinciden al señalar que la principal afección es la derivada del incremento de los precios del combustible y de componentes que ha provocado la guerra, explica José María Arnedo, presidente de ATFRIE, quien también se cuestiona los motivos que provocan unos “precios tan altos”.

Manuel Perezcarro, secretario general de FROET y CETM Frigoríficos, incide en la misma idea asegurando que “mientras continúe el conflicto, el sector se verá resentido por el precio de los costes energéticos y por la desaceleración en el crecimiento económico y tendremos que hacer frente a momentos de incertidumbre”.

Por su parte, Marcos Badenes, secretario general de ADELFE, explica que la guerra en el este de Europa “ha tenido como principal impacto en los almacenes frigoríficos el incremento exponencial y dramático de los costes energéticos, pero no solo la energía, los suministros relacionados con los servicios frigoríficos (plásticos, retractilados, palés, etc.) por efecto arrastre o directamente por una caída en la oferta de productos también han aumentado sus costes”.

Paralelamente y de forma indirecta “los clientes de los almacenes frigoríficos, por efecto directo de la inflación y la consiguiente disminución de la demanda final han tenido dificultades para mover su producto y esto ha repercutido en la capacidad de negociación de los contratos entre la industria frigorífica y sus clientes. Un problema añadido que, poco a poco y en función del perfil del cliente se va encajando. Es un enorme puzle que tendrá su resolución a lo largo del año 2023”, explica el secretario general de ADELFE.

Badenes recuerda que solo la energía “ha supuesto el 50% de los costes ligados al funcionamiento de la instalación frigorífica. Dramático si consideramos que venimos de unos supuestos en los que era entorno al 20-30% dependiendo del tipo de instalación. Además, hay que contabilizar el resto de suministro que se han alineado, como mínimo, al coste del IPC”.