Menú
Suscripción

Nuevas formas de trabajar: ¿evolución o atraso?

  • Última actualización
    13 marzo 2024 18:04

No hace falta explicar que, por encima del día a día y de las muchas o pocas satisfacciones que hayan podido tener, los cinco protagonistas del Desayuno Informativo aseguran que lo que más echan en falta son las relaciones con las personas. No es que hayan dejado de tenerlas, pero sí se han reducido sensiblemente.

VALENCIA. Obviamente, se trata de personas que han viajado mucho, que han trabajado para organizaciones importantes con cientos de trabajadores, no solo en España sino también en otros países, que han tenido la necesidad de estar en permanente contacto con decenas de clientes, colaboradores, representantes institucionales, asociativos, etc. por lo que ese volumen de relación es difícil de mantener una vez se ha alcanzado la jubilación.

Ramón Gómez-Ferrer: “Nuestro sector siempre ha necesitado capital para seguir creciendo y responder al crecimiento de comercio mundial”

Por su parte, Chema Ballester no echa en falta esas relaciones, “porque trato de mantenerlas, pero sí echo en falta la forma de trabajar de antes, el factor humano se ha ido perdiendo en favor de las tecnologías, que lo hacen todo más frío. Antes Ramiro descolgaba el teléfono y me pedía dos o cuatro camiones, ahora es la tecnología la que te dice que como no pongas cinco camiones allí no trabajas”. Puede que sea menos humano, pero ¿no es más eficiente? “Posiblemente... con los volúmenes que se mueven ahora, no sería posible trabajar como antes”, reconoce Ballester.

Concentración

Salvador Furió considera que la responsable de esta nueva forma de trabajar es “la concentración”. “Hace años los transitarios iniciaban su actividad y, poco a poco, se iban haciendo grandes hasta el punto de controlar mucho y adquirir protagonismo; a partir de ahí, se iba perdiendo la relación con el agente marítimo (nunca me gustó la denominación consignatario). Si el agente quería buscar carga, tenía que ir a parar a ellos. Por otra parte, la concentración de las navieras provocó que cada vez hubiera menos agentes marítimos hasta el punto de que ya casi no quedan”.

“Eso es lo que peor me sabe del final de mi trabajo: las decisiones sobre nuestro futuro siempre estuvieron en manos de personas que estaban a miles de kilómetros de tu oficina. Tú podías ser muy bueno en lo tuyo, trabajar muchas horas y tener mucho personal, pero de un día para otro Nedlloyd abre oficina en Valencia, Comanav vende a CGM, Nordana abre casa en Barcelona... y eso no dependía de tu trabajo”, asevera Furió.

Ramiro Rodríguez: “¿Estamos perdiendo soberanía logística en nuestro país? Totalmente. Además, en este escenario es muy difícil recuperarla”

“Pero eso es evolución. El puerto es evolución”, matiza Ramiro Rodríguez. “Nosotros hemos tenido la suerte de estar en un puerto que prácticamente no era nada y mira lo que es ahora. La evolución se llevó a los consignatarios por delante, a muchos estibadores... Cuando yo me quedé en tierra, en Valencia había 17 empresas estibadoras y eso era inviable porque cada uno pensaba que era el mejor y atendía al barco cuando venía el barco, y el resto del tiempo no se trabajaba y se sobrevivía a base de alquilar máquinas y demás... eso no era viable. La concentración de empresas fue necesaria para poder salir adelante y eso nos ha llevado a donde estamos ahora”, rememora Ramiro.

Con todo, Chema Ballester recuerda que antes todos “trabajaban juntos” por atraer clientes. “Las grandes navieras no han venido voluntariamente, sino por el trabajo y el esfuerzo de todos los que estábamos aquí. Y colaborábamos entre todos porque sabíamos que un transitario individualmente no era capaz de atraer carga si no contaba con el compromiso del transporte, la estiba, aduana, etc.” “Claro, pero al final, aunque existiera ese espíritu de cooperación, para poder optar a un concurso exigente no tenías más remedio que juntarte con los demás -asegura Ramiro- y al final el gran dragón abría la boca y se lo iba llevando todo”.“Pues si eso es así, en 20 años los fondos de inversión van a ser los dueños de todo lo que hay aquí -replica Ballester-. Está claro que, aunque no tengas ninguna intención de vender, es posible que algún día te venga algún fondo y te ofrezca mucho más de lo que quieres... y adiós”.“Es una realidad incontestable -asegura Ramón Gómez-Ferrer- nuestro sector siempre ha necesitado capital para seguir creciendo y responder al crecimiento de comercio mundial”.

Chema Ballester: “Las grandes navieras no han venido voluntariamente, sino por el trabajo y el esfuerzo de todos los que estábamos aquí”

Y qué tendremos dentro de veinte años

“Pues pequeñas empresas o autónomos”, contesta Chema. “Yo no veo ninguna luz”, replica Furió. “Cuando empecé en Transbull éramos agentes de una línea (de las primeras que iban a e Extremo Oriente) formadas por tres navieras escandinavas, una holandesa, CMA-CGM y MISC, que tenían una única dirección, un marketing y un pricing que funcionó perfectamente. Esta fórmula es la que utiliza ONE (que espero que dure mucho), en la que las compañías mantienen su identidad, pero los demás han optado por la concentración”, detalla Salvador.

Salvador Furió: “Las decisiones sobre nuestro futuro siempre estuvieron en manos de personas que estaban a miles de kilómetros de tu oficina”

“Yo estuve en Contenemar -explica Ramiro Rodríguez-, que abarcaba toda la cadena logística sin necesidad de contar con transitarios, porque nos encargábamos nosotros de ir a por la carga. Eso duró hasta que llegó la evolución. Pero claro, antes eran barcos de 200 TEUs que llenábamos con la gorra. Cuando los barcos comenzaron a crecer dejó de ser tan fácil y no quedó más remedio que recurrir también a otro tipo de transitarios, y ahí es donde se perdió el control sobre la carga”.

Acceso limitado al sector

Entonces, ¿cómo pueden los jóvenes o emprendedores acceder al sector desde abajo, tal y como se hacía hace años, y competir con los grupos tan potentes que hay en la actualidad? Es muy difícil, coinciden todos, “casi imposible”. “Una solución podría pasar por crear un grupo de grandes captadores de cargas y que uno de ellos vaya acumulando acciones o participaciones de los demás”, explica Chema. “Claro, y cuando las tenga todas llegará el fondo de turno y se lo quedará todo...”, apostilla Furió.

“Siempre quedará el menudeo: el típico que monta una oficina porque tiene algún amigo que le asegura que le va a dar carga, pero es muy complicado. Puede haber algún visionario que se lance y que le salgan las cosas bien por cualquier circunstancia, pero es muy difícil”, asegura Ramiro Rodríguez. “También cambia la forma de financiación. Yo antes hablaba con el director del banco y no hacía falta que hablara con nadie más; respondías ante él y él mismo se encargaba de que le pagaras (si no, no te dejaba dinero nunca más). Ahora hay que dar muchas vueltas para que te dejen algo y presentar decenas de documentos y avales, lo que tampoco favorece la irrupción de nuevos negocios”, apunta Chema Ballester.

¿Estamos perdiendo soberanía logística? “Totalmente. Además, en este escenario es muy difícil recuperarla”, explica Ramiro.