La manipulación de graneles en los puertos representa uno de los principales problemas medioambientales que llevan a la necesidad de reducir las emisiones difusas producidas con el objetivo de cero incumplimientos normativos y cero quejas por mala calidad del aire para 2030.
Bilbao. Muchas mercancías sólidas se transportan y cargan/descargan en los puertos en forma de granel. Es el caso del carbón (mineral y coque), de diversos minerales, de productos alimentarios (grano y harinas) y de muchos otros tipos de materiales como chatarra, fertilizantes, arenas y tierras, etc., cuya manipulación y almacenamiento supone en algunos casos importantes emisiones de partículas contaminantes a la atmósfera.
Hace sólo unas décadas, un puerto manejaba cargas en general sin especificar; hoy en día las terminales se especializan en tipos de producto cada vez más concretos, como ocurre con los graneles sólidos.
Asimismo, el transporte marítimo de graneles sólidos recorre largas distancias desde el lugar de su extracción o producción hasta la instalación industrial de su procesamiento y/o distribución, suponiendo un riesgo el embarque y desembarque de cargas para el granelero si no se realizan estas actividades correctamente.
Impactos ambientales
Los impactos ambientales asociados a estas operaciones de manipulación de graneles en un puerto no sólo se manifiestan con emisiones a la atmósfera. Derivado del depósito de los graneles directamente sobre la superficie puede producirse un cierto grado de contaminación de suelos. Las calidad de las aguas portuarias puede verse afectada como consecuencia del vertido de material o la sedimentación de partículas suspendidas en el aire y el movimiento de la mercancía y el funcionamiento de la maquinaria puede generar niveles de ruido, que en ocasiones sobrepasen los límites permitidos.
Además de requisitos tanto en su diseño como en su explotación, las terminales en las que se manipulan y almacenan graneles sólidos deben de satisfacer requerimientos ambientales cada vez más exigentes establecidos por la normativa ambiental que se ha venido publicando, que obliga a incrementar el control de actividades y monitorización de las posibles variables ambientales.
Las terminales en las que se manipulan y almacenan graneles sólidos deben satisfacer requerimientos ambientales cada vez más exigentes establecidos por la normativa ambiental
Guías de Buenas Prácticas
De ahí que las Autoridades Portuarias estén adoptando cada vez más medidas de protección de la calidad del medio ambiente teniendo en cuenta que ésta se puede mejorar con la adopción de medidas encaminadas a reducir el riesgo de impactos ambientales por la realización de operaciones incorrectas en la manipulación y el almacenamiento de graneles sólidos.
En este sentido, las “Guías de Buenas Prácticas Ambientales para la Manipulación y Almacenamiento de Graneles Sólidos” constituyen herramientas básicas e imprescindibles para lograr una correcta manipulación de equipos de carga y descarga de graneles sólidos y la limpieza de las superficies de trabajo, entre otros objetivos.
El seguimiento de parámetros de calidad del aire; la regulación de la operativa en función de la velocidad y dirección del viento; la utilización de pantallas cortavientos en zonas de uso común y de equipos lavaruedas en salidas de zonas de operaciones o de turbinas nebulizadoras en zonas de uso común, son algunas de las acciones necesarias.
IA aplicada a la manipulación de graneles
Como proyecto financiado por el fondo Puertos 4.0 de Puertos del Estado y testado en el entorno de los puertos de Castellón y Bilbao, el proyecto MachSense, desarrollado por Becsa con el apoyo del centro tecnológico Tecnalia, pretende desarrollar nuevos productos para la industria logístico-portuaria basados en tecnologías innovadoras, inteligencia artificial y sensórica low cost para el control y reducción de los impactos por las emisiones de partículas difusas. Estas tecnologías ofrecen soluciones de alto valor añadido que permitirán a las Autoridades Portuarias y a las empresas del sector portuario mejorar su competitividad económica a la vez que mejorarán sus parámetros de ecoeficiencia y sostenibilidad.
Se trata de un sistema autónomo basado en sensores físicos de bajo coste en la zona de emisión de partículas difusas, que incluyen la monitorización de las condiciones meteorológicas, y sensores virtuales basados en técnicas de Machine Learning en la zona de inmisión o de impacto, que permite monitorizar y controlar en tiempo real a través de una plataforma digital las emisiones difusas producidas por la manipulación de graneles sólidos (PM10) y la toma de decisiones operativas frente a la estimación de los impactos o inmisiones producidos por las emisiones de dichas partículas en otras áreas del entorno, en especial en las áreas urbanas.