MADRID. El “Informe de Perspectivas del Transporte” del ITF se publica cada dos años y ofrece una visión general de las tendencias actuales y las perspectivas a corto plazo para el sector del transporte mundial. También presenta proyecciones a largo plazo de la demanda de transporte hasta 2050 para el transporte de mercancías (marítimo, aéreo y de superficie) y de pasajeros (automóvil, ferrocarril y avión), así como las emisiones de CO2 relacionadas, en diferentes escenarios políticos.
La premisa de la que parte este informe es que, con las acciones que se están llevando a cabo en la actualidad por parte de los diferentes gobiernos, el sector del transporte no va a poder alcanzar la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en línea con el Acuerdo de París, que establece que la temperatura global no supere los 1,5ºC para 2050.
En concreto, el informe detalla que todas las medidas de descarbonización del transporte en vigor y los compromisos asumidos por los países reducirán las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con el transporte solo un 3% de hoy a 2050. Esto significaría que el sector del transporte no alcanzaría por un amplio margen la reducción necesaria para lograr las metas de lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, el ITF apunta que, si se intensifican y aceleran esas medidas, el sector aún puede reducir sus emisiones de CO2 en aproximadamente un 80% en los próximos 25 años (en comparación con 2019).
Para ello, contempla dos escenarios de aplicación de políticas, un escenario de “Ambición Actual”, que hace una proyección del impacto de los compromisos existentes en la descarbonización del transporte (donde solo se reducen las emisiones un 3%); y un escenario de “Alta ambición” (-80% de CO2), que examina el impacto de la adopción de políticas más ambiciosas para descarbonizar el sector del transporte, de tal forma que toma las políticas de la “Ambición Actual” e imagina un camino de políticas con plazos de aplicación acelerados o escalas mayores.
El panorama que refleja el informe es que, con los planes actuales, las emisiones del transporte no disminuirán lo suficientemente rápido ya que la demanda de transporte crecerá en los próximos años.
En concreto, la ITF estima que la demanda de mercancías casi se duplicará. “La población y la economía crecerán en los próximos años, lo que significa que la demanda de mercancías y pasajeros también aumentará”, y señala que, “a pesar de algunos avances, las emisiones del transporte no disminuirán con la suficiente rapidez en los próximos años para cumplir los objetivos climáticos internacionales”.
Por ello, se apunta que la sostenibilidad futura del sector depende en gran medida de su respuesta a la crisis estructural creada por el calentamiento global, donde el transporte es el responsable del 23% de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía.
En este contexto, el gran reto del sector es cómo satisfacer la creciente demanda al tiempo que se reducen las emisiones.
En el escenario de “Alta Ambición” se propone que los hacedores de políticas tomen medidas aceleradas para descarbonizar el transporte, entre las que se encuentran la provisión de alternativas a los vehículos motorizados y la mejora de la eficiencia del movimiento de mercancías, entre otras cuestiones, ya que las proyecciones muestran que la intensidad de carbono de la actividad de transporte de pasajeros disminuye más rápidamente que la del transporte de mercancías en el escenario de “Ambición Actual”.
“Lograr la descarbonización del sector del transporte exigirá una mayor ambición política y cooperación internacional”, concluye el informe.
Una de las soluciones que propone el informe es hacer una mejor gestión de la demanda de transporte.
Según el ITF, la demanda de transporte de mercancías crecerá en ambos escenarios y los movimientos internacionales representarán la mayor parte de la actividad, medida en toneladas-kilómetro (ver Gráfica 1).
Para reducir las emisiones, el informe propone que las autoridades y operadores colaboren para evitar movimientos innecesarios de mercancías dentro y fuera de las ciudades. Además, apunta que los vehículos de alta capacidad, los sistemas de transporte inteligentes y el uso compartido de activos pueden hacer que las operaciones de transporte de mercancías sean más eficientes y contribuir a limitar el crecimiento de los vehículos-kilómetro de mercancías hasta 2050.
En cuanto a las entregas urbanas, las soluciones son más sencillas de implementar, ya que sería suficiente con trasladar las entregas a modos no motorizados (bicicletas de carga, por ejemplo) o a vehículos más eficientes, e introducir puntos de recogida de paquetes, lo que limitará los desplazamientos de reparto en las ciudades.
Sin embargo, la transferencia de mercancías a modos sostenibles es más difícil en el caso del transporte de larga distancia. Para revertirlo, un planteamiento coherente de la tarificación puede fomentar la eficiencia y aumentar el uso del ferrocarril y las vías navegables para los trayectos multimodales de reparto.
El informe, en este sentido, recomienda apoyar redes de transporte multimodales y sostenibles, combinar medidas de tarificación de forma coherente y asignar fondos a los modos sostenibles.
De entre todas las soluciones planteadas, el cumplimiento de plazos ambiciosos para los vehículos de emisiones cero y los combustibles alternativos es la más destacada del informe, que contempla esta medida como la clave para descarbonizar el transporte.
El ITF apunta que los gobiernos deben dar prioridad a las políticas que interactúen y multipliquen los beneficios de las medidas para gestionar la demanda de transporte y fomentar el cambio a modos de transporte más limpios. Las acciones aceleradas sobre vehículos y combustibles limpios suponen tres cuartas partes de la diferencia en reducción de emisiones entre el escenario de “Ambición Actual” y el de “Alta Ambición”, pero su aplicación depende del apoyo político, la financiación y la colaboración y coordinación intersectorial.
Además, apunta que los gobiernos tendrán que adoptar un enfoque diferente para descarbonizar los vehículos más grandes, como los autobuses y los vehículos pesados. En este sentido, apuesta por los trenes de potencia eléctricos para vehículos pesados (autopistas ferroviarias), que pueden maximizar el ahorro de costes operativos gracias a la reducción de los costes de funcionamiento y mantenimiento.
Entre las principales recomendaciones que realiza informe, destacan establecer objetivos y colaborar entre sectores para descarbonizar todas las flotas de vehículos; establecer incentivos e introducir restricciones de acceso en las ciudades para los vehículos de altas emisiones con el fin de aumentar la adopción de vehículos de cero emisiones; desplegar infraestructuras públicas de recarga para aumentar el ritmo de adopción; y utilizar medidas de asignación de precios al carbono para mejorar la viabilidad comercial de los combustibles alternativos en carbono.
El transporte aéreo y marítimo merecen una mención aparte por la complejidad para su descarbonización, ya que el coste de la reducción de las emisiones de CO2 es elevado y el ritmo de las mejoras tecnológicas es más lento. Por ello, el informe apuesta por los combustibles alternativos e insta a los gobiernos a impulsar su disponibilidad.
No obstante, el informe apunta que las exenciones de los impuestos sobre el combustible para la aviación y el transporte marítimo van en contra de la descarbonización del sector y “deberían suprimirse”.
Sin embargo, reconoce el documento que el transporte aéreo y marítimo no se descarbonizarán de la noche a la mañana, y, para maximizar el ahorro de emisiones en el conjunto de la economía, los hacedores de políticas deben dar prioridad a los combustibles alternativos en contextos en los que otras medidas (incluida la electrificación total) no son viables, sobre todo teniendo en cuenta la competencia por los combustibles alternativos entre industrias.
El “Informe de Perspectivas del Transporte”, del International Transport Forum (ITF), apunta que la comparación de las necesidades de inversión en el escenario de “Ambición Actual” con el escenario de “Alta Ambición” revela que un fuerte impulso a la descarbonización del transporte no es, de hecho, más costoso: las necesidades totales de inversión de capital en infraestructuras básicas de carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos son un 5% inferiores con la aplicación de políticas ambiciosas que si se sigue como hasta ahora.
Con ello, el ITF propone poner en uso el enfoque “decidir y proporcionar”, un ejemplo de política de inversión ambiciosa. En lugar de proporcionar infraestructuras como reacción a una demanda prevista (“predecir y proporcionar”), este enfoque implica invertir en infraestructuras de una forma guiada por la visión, con vistas a alcanzar determinados objetivos de política pública.
Un enfoque de este tipo podría ahorrar a los gobiernos el gasto de 4 billones de dólares a nivel mundial en mantenimiento e inversión en carreteras (pero excluye la inversión en adaptación). No obstante, la descarbonización del transporte requiere una inversión significativa en infraestructuras de soporte. La red de puntos de carga, por ejemplo, es fundamental para la electrificación de las flotas de vehículos. En el escenario de “Alta Ambición”, esta red requerirá inversiones adicionales equivalentes a aproximadamente el 0,4% del producto interior bruto mundial.
Además, el informe explica que la descarbonización del transporte también repercute en los ingresos procedentes de los impuestos sobre el combustible. Esta fuente de ingresos ya ha empezado a disminuir en muchos países a medida que los motores de combustión interna se vuelven más eficientes y los vehículos eléctricos aumentan su cuota en el parque automotor de vehículos de pasajeros. Debido a ello, los gobiernos perderán ingresos y, con ello, las palancas comportamentales de política que supone gravar el uso del automóvil a través del consumo de combustible. Por tanto, es necesario reformar los regímenes fiscales sobre el combustible. La tarificación basada en la distancia ofrece a los hacedores de políticas una palanca más fuerte para fomentar la elección de desplazamientos sostenibles.