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MARÍTIMO · La infraestructura, inaugurada en enero de 1920, está ubicada en La Marina del Puerto de Valencia

Edificio Docks: un emblema degradado

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La discoteca Las Ánimas cerró sus puertas de manera definitiva en enero de 2016, tras decenas de inspecciones de la Policía Local que advertían de deficiencias en cuestiones como salidas de emergencia, licencias de actividad y regulación del sonido.

valencia. Desde ese momento, el Edificio Docks del Puerto de Valencia ha ido sufriendo un paulatino y constante deterioro que le ha llevado a una situación actual casi ruinosa, con cornisas que se desprenden y suciedad que se acumula tanto en el interior como en el exterior del edificio.

Antes de todo esto, y con el local de ocio ya cerrado, en abril de 2016 el Ayuntamiento de Valencia, con Joan Ribó a la cabeza, mostró su interés en recuperar la concesión de los Docks, algo que no se materializó de forma oficial hasta abril de 2018, tras llegar a un acuerdo con Docks Logistics Spain, y que obligaba al consistorio de la capital del Turia a cederlo al Consorcio Valencia 2007. Durante esos dos años en los que se alargó todo este proceso administrativo, el edificio no tuvo ningún uso.

Han pasado más de cinco años desde que esta construcción modernista ubicada en la Marina de Valencia es de gestión pública, y a pesar de todas las ideas y proyectos que se han ido poniendo encima de la mesa durante todo este tiempo, ninguno de ellos ha suscitado un interés lo suficientemente real de la administración local.

La intención inicial del Ayuntamiento de Valencia fue dar un uso cultural y ciudadano al edificio, aunque su última propuesta contemplaba la instalación de un centro de datos

El Ayuntamiento de Valencia ya rechazó en 2015 la propuesta de un grupo inversor para construir un hotel de superlujo con casino, y lo hizo afirmando que quería dar al edificio un uso cultural.

Desde 2018, es el Consorcio Valencia 2007 quien tiene que decidir qué actividad se le da a los Docks. En un primer momento, pareció que el organismo dirigido por Vicente Llorens se ponía manos a la obra, convocando en 2019 a un grupo de expertos para que hicieran propuestas que volvieran a dar vida al edificio. Se barajaron ideas como un auditorio, un museo o un centro de interpretación para los Poblados Marítimos. Ninguna de ellas pasó del papel.

EN DETALLE

En 2019, el Consorcio Valencia 2007, al que el Ayuntamiento de Valencia cedió la gestión de los Docks en 2018, convocó a un grupo de expertos para que hicieran propuestas que volvieran a dar vida al edificio. Se barajaron ideas como un auditorio, un museo o un centro de interpretación para los Poblados Marítimos. Ninguna de ellas pasó del papel.

Y mientras tanto, el tiempo sigue dejando su huella en este edificio que durante décadas fue un emblema del Puerto de Valencia. Esta situación resulta especialmente triste para aquellos que vivieron todo el proceso de cerca, un proceso que empezó con la llegada de la America’s Cup y que supuso la transformación de la Dársena Interior del enclave. Es el caso de Carolina Garibo, directora financiera de Docks Logistics, para quien el edificio “era un símbolo para el puerto, pero sobre todo para la empresa, porque nos identificaba y porque crecimos en él durante años”.

EN DESTACADO
Carolina Garibo
Directora Financiera de Docks Logistics Spain

“El edificio era un símbolo para el puerto, pero sobre todo para la empresa, porque nos identificaba y porque crecimos en él durante años”

La competición de vela obligó a realizar una serie de obras en tiempo récord. Uno de esos trabajos fue el derribo del muro que separaba el recinto portuario de la ciudad, un derribo que incluyó uno de los almacenes anexos a los Docks. “Esta situación nos dejaba sin espacio, no era viable mantener únicamente el edificio de los Docks. En un momento en el que estábamos creciendo, queríamos concentrar nuestra actividad, no dispersarla”, una estrategia que tuvo como una de sus consecuencias el desembarco de Docks Logistics en el Parque Logístico de Valencia.

En su momento, Grupo Romeu barajó la posibilidad de que los Docks se convirtieran en las oficinas centrales de la compañía, algo que finalmente no sucedió. Carolina sí conoció el edificio por dentro porque llegó a trabajar allí durante un tiempo. “Nada más entrar, había un mostrador que, creo, fue el original que instalaron cuando se construyó el edificio. Las oficinas ocupaban un espacio tanto en la planta baja como en la primera altura, y el resto seguía siendo almacén. Había zonas para mercancía general y cámaras frigoríficas. Lo cierto es que la ubicación era perfecta”, recuerda.

Un Data Center que choca con la Ley de Puertos

El pasado 14 de julio, la nueva Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia surgida tras las elecciones locales y autonómicas del 28 de mayo aprobaba el desistimiento del proceso de adjudicación de los Docks.

Tomaba esta decisión tras conocer que los informes de Abogacía del Estado y de la Autoridad Portuaria de Valencia desaconsejaban la instalación de un Data Center, una propuesta lanzada por el anterior equipo de gobierno municipal, y que suponía un viraje a lo expuesto públicamente por Joan Ribó, cuyo objetivo era dar un uso social y ciudadano a la infraestructura. Hay que recordar que la propia APV advirtió ya en febrero que el proyecto podría no acogerse a lo que establece la actual legislación portuaria en materia de desafectación bienes de dominio público portuario. El Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural y el Síndic de Greuges también demandaron paralizar el proceso administrativo.

Un mes después, el equipo de Gobierno de Joan Ribó desestimó la solicitud de suspensión del procedimiento.