Me van a perdonar pero hoy tengo la necesidad de que Diario del Puerto acapare gran parte de esta columna. Como sabrán, y si no aquí estoy yo para recordarlo, este año 2023 se cumple el trigésimo aniversario del nacimiento de Diario del Puerto, lo que a efectos técnicos supone más de la mitad de la vida de prácticamente todos los que formamos parte de esta empresa.
Sonará a tópico, pero es una realidad que no todos los días se celebran efemérides de este tipo. Siempre he dicho que no me gusta la tradición de festejar los múltiplos de 5 o de 10 porque, en realidad, cualquier empresa debería celebrar todos y cada uno de los días que cuenta con su actividad en marcha.
Mantener la actividad, el empleo, pagar los impuestos e incluso sacar algo con lo que salir adelante se me antoja un ejercicio titánico que sigue estando infravalorado. Teniendo en cuenta que las empresas privadas españolas aportan el 90,8% de la inversión total del país y el 84,3% del empleo, la sensación que tengo de que no se valora en su justa medida al empresariado se me queda corta.
Esta idea contrasta claramente con los resultados de un estudio elaborado por AVE en el que se incluye la percepción que tiene la población de los empresarios y que se traduce en que un 77% de los encuestados tienen una imagen “muy positiva o positiva” del empresariado español, mientras que un 18% la considera “negativa o muy negativa”. Algo estamos haciendo mal, como sociedad avanzada que pretendemos ser, si casi una quinta parte de la población piensa así.
Sí, ya sé que es inviable conseguir un consenso en torno a este asunto porque, como en las encuestas, los extremos acaban por desvirtuar los resultados (y cafres hay en todos los lugares, desgraciadamente), pero deberíamos pelear por superar ese 7,7 sobre 10 y acercarnos al 9. Eso sería mucho más justo.