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Black Friday is coming

  • Última actualización
    03 octubre 2024 05:20

En menos que canta un gallo, o en un par de meses, tendremos encima el Black Friday o, lo que es lo mismo, el día mundial del consumismo extremo por excelencia.

No les aburriré con las teorías sobre el origen de este día (que hay varias y todas creíbles), ni con datos en torno al consumo medio por ciudadano según el segmento poblacional o sobre los países con más consumo, porque de lo que he venido a hablar es de mi libro: de cómo la logística se adapta y ajusta a las necesidades del mercado, en cada momento y con independencia de las circunstancias.

Mientras el mundo sigue lanzando preocupantes señales de aviso ante la inestabilidad de la cadena de suministro global motivada entre otros asuntos por el conflicto de Oriente Medio, la huelga en la estiba norteamericana o los efectos todavía difusos de la aplicación de ETS, en esta parte del mundo seguimos a la nuestra pensando si será en Black Friday o en Cyber Monday cuando hagamos la compra por la que estamos esperando desde hace meses.

Voy directo al fango: la logística no puede permitirse el lujo de tener sentimientos. Obviamente que se puede ser sensible y se es, y mucho, con cuestiones como el respeto al medioambiente, el fomento de la igualdad (a todos los niveles) e incluso renunciando a gestionar determinadas cargas o destinos por los motivos que sea.

Pero si una parte del mundo está patas arriba y la otra parte reclama que la cadena de suministro no se pare y siga marcando niveles de eficiencia en su respuesta a los requerimientos del mercado, no queda otra que adaptarse como el agua y buscar el camino por donde sea posible avanzar.

Es tremendamente injusto que se hable de los profesionales de nuestro sector como meros transportistas (da igual el modo utilizado)

Tendremos Black Fryday, Cyber Monday, Navidad, Reyes y lo que haga falta. Los logísticos hace ya tiempo que pusieron en marcha sus diferentes campañas para no llegar tarde a lo que sabemos que va a llegar. Poco se habla de esto, pero me consta que la mayor parte de las veces son los profesionales del sector logístico los que tienen que advertir a sus clientes de la necesidad de anticipar sus pedidos para no quedarse en blanco llegada la hora de la verdad.

En realidad, es tremendamente injusto que se hable de los profesionales de nuestro sector como meros transportistas (da igual el modo utilizado) y no se repare en que su tarea como consultores logísticos es tanto o más importante que la organización de determinados viajes y su gestión en tiempo y forma.

Hay fabricantes que se han ahorrado centenares de miles de euros por un buen aviso de su transitario o el agente de transporte de turno; me consta que hay empresarios que pagarían por obtener informaciones fidedignas en torno a la celebración, o no, de una huelga y los hay que siguen dando vueltas para tener en sus filas a un buen director de logística informado y capaz de anticipar y motivar decisiones encaminadas a sortear problemas y buscar la mayor eficiencia en términos rentabilidad, eficacia, rapidez y seguridad.

Tampoco olvidemos que la decisión o el consejo de un transitario puede llevar miles de contenedores o toneladas de carga de un puerto a otro en cuestión de días y sin tiempo para reaccionar. No es poca cosa.

Sigamos reclamando que se reconozca el valor de los profesionales logísticos en toda su dimensión. Porque el Black Friday is coming, pero tranquilos que el sector está ready.