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Claves de la comercialización portuaria

  • Última actualización
    09 octubre 2025 05:20

La comercialización de los puertos, si es que un puerto como tal se puede vender, es un tarea tan relevante y trascendente que es imposible disociarla de la actividad de su propia comunidad portuaria.

¿Quién debe encargarse de la promoción comercial de un puerto? ¿La propia Autoridad Portuaria o la Comunidad Portuaria? La respuesta es evidente: los dos a la vez, en consonancia, en armonía, compenetrados y conscientes de que se está trabajando por un mismo objetivo.

Hace ya algunos años asistí en directo en China a una clase magistral de protocolo por parte de un presidente de autoridad portuaria, una obra de arte comercial que debería ser revisada una y otra vez en las escuelas de marketing. Con una habilidad excepcional, el presidente fue capaz de cautivar a sus interlocutores chinos, representantes de una gran naviera, que no sabían situar muy bien el puerto de Valencia en el mapa (menos todavía en el Schedule de sus rutas interoceánicas).

Tras esta tarea de preparación del terreno y siembra, los representantes empresariales que acompañaban a la comitiva no tuvieron demasiados problemas en sentar las bases de los acuerdos que meses después cristalizaron en el establecimiento de un servicio directo desde el recinto valenciano.

En otra ocasión presencié, esta vez en Sudamérica, la estrategia de un reconocido empresario transitario que se enfundó la casaca comercial del Port de Barcelona y consiguió que el recinto catalán se integrara en los calendarios de escala de alguna ruta transatlántica.

En ambos casos, hubo alguien que tenía la llave para abrir la puerta, facilitó la entrada y contribuyó efectivamente al éxito comercial.

Y esto, que en definitiva es de 1º de gestión portuaria, es lo que debemos recordar siempre, de manera constante y cansina, si es que queremos que el mecanismo funcione con fluidez. La colaboración permanente y la estrategia conjunta son los dos ingredientes básicos de la ensalada de la comercialización portuaria.

La actividad comercial conforma su propia cadena en la que cada eslabón suma

Por lo tanto, puede que no sea tan importante el dimensionamiento del departamento comercial de una autoridad portuaria (aunque ayude), sino su alineación directa con los intereses de sus clientes que son, no lo olvidemos, los usuarios del puerto por encima de políticos, organismos, instituciones y otorgadores de cargos públicos.

Evidentemente, las estrategias se completan con la acción individual de cada uno en función de sus estrategias particulares, pero es que nada es incompatible en este sentido.

Cuando observamos que un puerto funciona y que tiene el dinamismo suficiente como para seguir entrando en el complejo entramado de los schedules de las grandes rutas interoceánicas, es que las cosas se están haciendo bien.

Pero es que, además, otros muchos factores o elementos juegan un papel fundamental en esta tarea. Por ejemplo, nada sería posible sin el dinamismo de la industria importadora y exportadora de cada región (que quede bien claro); y las cosas serían mucho más difíciles sin infraestructuras adecuadas, sin conectividad marítima y terrestre, con ineficiencias en las operativas o niveles altos de inseguridad.

La actividad comercial conforma su propia cadena en la que cada eslabón suma. Unos aportan la tracción, otros engrasan el mecanismo y todos juntos hacen posible que los engranajes rueden y se acoplen entre sí. Fácil.

Sirvan estas líneas para expresar mi reconocimiento sincero para quienes hacen posible que los puertos funcionen. Todos ganamos.