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Del JIT al JIC pasando por el TOC

  • Última actualización
    14 junio 2022 05:20

A pesar de la pandemia, de las tensiones internacionales, de la congestión portuaria y de la crisis de la cadena de suministro, el negocio del transporte marítimo de contenedores prosigue su marcha, pero necesita reforzar su resiliencia frente a otra amenaza potencial. En los últimos dos años, la industria ha sido testigo de un aumento exponencial del comercio electrónico, una tendencia acelerada por los nuevos hábitos de consumo inducidos por el confinamiento.

Los fabricantes, los propietarios de la carga y las líneas navieras se han visto frecuentemente incapaces de reponer los inventarios, de descargar la mercancía y satisfacer la demanda, lo que ha llevado a una “crisis de contenedores” sin precedentes y a un desorbitado alza de los fletes.

La realidad del Brexit también se ha hecho presente con unos mayores costes de transporte, demoras, trámites aduaneros más complejos y la desaparición del “puente terrestre” entre Reino Unido y Europa, provocando una mayor congestión y un cambio en los flujos comerciales entre ambas áreas económicas. La guerra en Ucrania y el embargo a Rusia completan un panorama cuando menos desafiante.

Los expertos coinciden en que el modelo de negocio aceptado por la industria, centrado en el Just-In-Time (JIT), que había demostrado ser eficiente antes de la pandemia, podría estar evolucionando hacia el Just-In-Case (JIC), para garantizar la disponibilidad de mercancías y evitar la interrupción del suministro. La implementación de esta estrategia también requeriría la expansión de la capacidad de almacenamiento en las terminales de contenedores, lo que podría conducir a una mayor integración entre el transporte marítimo y la logística. ¿Cómo seguirá operando el sector en este escenario y cuáles son las oportunidades comerciales potenciales para las partes interesadas? A medida que la industria va dejando atrás la pandemia, se acerca el momento de reevaluar la situación y de renovarse.

Con aproximadamente el 90% de las mercancías que entran en Europa Occidental procedentes de Asia, y los constantes retrasos, cierre de fábricas y congestión portuaria, se hace aún más necesario contar con unas operativas logísticas más rápidas y eficientes. Los actores clave en los diferentes eslabones de la cadena de suministro se están adaptando y buscando nuevas y diferentes formas para optimizar los tiempos de transporte, que van desde la diversificación de los proveedores y los canales de distribución, hasta la reducción de escalas en puerto dentro de las rutas comerciales ya existentes o incluso buscando otras nuevas.

Estas y otras estrategias pueden llevar a puertos y terminales a una carrera para consolidarse como los grandes hubs en una ruta comercial determinada. Si bien esto podría limitarse a los puertos de mayor tamaño, existen también oportunidades para que los medianos o pequeños desarrollen redes intrarregionales.

Asimismo, a medida que los puertos y terminales se integran más en la cadena de suministro, su papel en el comercio marítimo evoluciona de áreas de estacionamiento de buques a facilitadores de logística, un cambio que necesita de la adecuación de sus infraestructuras, instalaciones y conexiones.

En este sentido, la celebración esta semana de TOC Europe en Róterdam, la capital europea del contenedor, supone una excelente oportunidad para analizar todas estas cuestiones, que tienen un anticipo en este Diario del TOC que distribuye hoy Diario del Puerto en la ciudad portuaria holandesa.

El modelo de negocio de la industria logística, centrado antes de la pandemia en el Just-In-Time (JIT), podría estar evolucionando hacia el Just-In-Case (JIC)

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