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Escuche a la carretera, señor ministro

  • Última actualización
    28 noviembre 2023 05:20

Con permiso de las Fiestas de la Logística organizadas por Grupo Diario, creo que todos coincidiremos en una cosa: la gala del trigésimo aniversario de Diario del Puerto del pasado jueves es uno de los eventos del sector logístico de este año 2023 que ya toca a su fin. Pocas convocatorias son capaces de reunir bajo un mismo techo y en un mismo evento a todos y cada uno de los eslabones que conforman la cadena de suministro. Incluso el nuevo ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, no quiso faltar a la cita, consciente de la oportunidad que supone tener en un mismo auditorio a lo más granado del sector logístico. Ya lo dijo el ministro la pasada semana: “Vengo a hacer”. Bienvenida sea esta actitud, porque no son pocos los retos y frentes abiertos que Óscar Puente hereda del anterior equipo del ministerio. Todos los modos son importantes, pero si hay uno al que va a tener que prestar especial atención ese será, sin duda, la carretera.

La situación de las empresas de transporte por carretera no es buena. El precio del gasoil y la menor carga de trabaja son condicionantes que llevan al límite a los operadores terrestres y crean un contexto que no facilita que las negociaciones posteriores con el Ministerio de Transportes en asuntos que serán clave esta legislatura. Además de seguir de cerca que los acuerdos firmados con el Comité Nacional de Transporte por Carretera se siguen implementando, Óscar Puente deberá poner especial atención a la nueva normativa de pesos y dimensiones, una negociación cortada en seco por la convocatoria de elecciones generales. Tampoco deberá el ministro subestimar la preocupación latente que existe entre los profesionales de la carretera sobre la amenaza de la imposición de peajes. Por el momento, España ha logrado sortearlos, aunque no se descarta que Europa acabe imponiéndolos dentro de un paquete de medidas de ajuste. Mención aparte merecen el nuevo sistema de peajes que va a imponer Alemania a partir del este mismo viernes, y que no es más que otro obstáculo en el camino para el sector, sobre todo en un mercado tan importante como el teutón, hoy por hoy el segundo en importancia para la economía española en Europa. Otra de las medidas fundamentales es la de la limitación de la cadena de subcontratación, algo de vital importancia para no precarizar la actividad de los transportistas.

No es de recibo la cantidad de recursos que se dedica año tras año a un modo que no logra aglutinar en España ni un 5% del transporte terrestre de mercancías

Como se ve, no es poco el trabajo que tiene por delante el ministro. Y no es poco porque, además, y sobre todo, va a tener que realizar un importante equilibro de intereses entre el ferrocarril y la propia carretera. Con gran parte de razón, las empresas de transporte vienen denunciando hace años las “preferencias” del Ministerio de Transportes hacia el modo ferroviario. Mientras el tren se lleva buena parte de las partidas presupuestarias y de las loas como herramienta hacia un movilidad más sostenible, la carretera ve como día sí y día también se la demoniza de manera inmisericorde, culpándola de casi todos los males que asolan el mundo. La carretera no duda de la importancia de un transporte sostenible, y del papel que tiene que jugar el ferrocarril en esa descarbonización, pero lo que no es de recibo es la desequilibrada cantidad de recursos que se dedica año tras año a un modo que no logra aglutinar en España ni un 5% del transporte terrestre de mercancías, frente a otro que necesita urgentemente la colaboración de la Administración para poder afrontar la tan necesaria renovación de sus flotas.