Menú
Suscripción

Especializarse para vivir

  • Última actualización
    21 marzo 2024 05:20

En la madrugada del martes al miércoles, a eso de las 4 de la mañana, se produjo el equinoccio de primavera, ese momento del año en el que los días duran exactamente igual que las noches. Esta situación, que únicamente se repite en el mes de septiembre con la llegada del otoño, es considerado por algunos frikis como el culmen del equilibrio porque es exactamente igual en todo el planeta, para todos.

A partir de ahora, por lo menos en nuestro hemisferio, las noches van acortando su duración abriendo paso a días con más horas de exposición solar que tendrán su máxima expresión en el mes de junio coincidiendo con el solsticio de verano, cuando se registrarán los días más largos del año.

Nuestro sector no es ajeno a este cambio de estación, por lo que no es casualidad que gran parte de los grandes eventos y citas se concentren durante estas fechas. Fiestas de la logística, certámenes feriales y hasta comicios electorales se reproducen como setas a un ritmo desenfrenado hasta completar el trimestre más intenso del año por lo que se refiere a convocatorias. Eso es así.

Y aunque hay informaciones relevantes a lo largo de todo el año, es en este tiempo cuando se prevé que se produzcan algunas de las más esperadas y que, por no ser repetitivo y no dar más pistas que las que toca, podemos resumir en fusiones, adquisiciones, licencias, ajustes, nombramientos, ceses y derivados. Tiempo al tiempo.

El capítulo de las fusiones y adquisiciones tiene pinta de ganar protagonismo en los próximos meses. Tal y como vaticinaban nuestros queridos jubilados protagonistas del último Desayuno Informativo de Diario del Puerto, la tendencia a la concentración en las empresas del sector es absolutamente inevitable, especialmente entre navieras y transitarias.

Una vuelta a los orígenes en los que no se ansiaba ofrecer un producto global, sino el mejor servicio posible para un cliente que se fidelizaba a través del tú a tú, de la confianza y el roce

Y es que para poder hacer una integración vertical efectiva, en algunos casos no queda más remedio que salir al mercado y comprar lo que no tienes a golpe de talonario. La dimensión no solo se gana, sino que también se puede comprar.

Esta evidencia, que promete algún que otro gran titular en nuestro país, deja una ventana abierta a la especialización. Una vuelta a los orígenes en los que no se ansiaba ofrecer un producto global, sino el mejor servicio posible para un cliente que se fidelizaba a través del tú a tú, de la confianza y el roce.

Cuando el precio pasó a ser el único argumento válido o el de mayor peso a la hora de cerrar una operación, se resquebrajaron los cimientos de la concepción tradicional del mercado, pero creo que en nuestro sector hay motivos para pensar que la dictadura de los precios ofrece oportunidades para quienes sepan detectarlas.

Ya sé que es un discurso de optimista venido arriba, pero es que confío plenamente en la capacidad de las personas. Además, seamos sinceros, esto de la concentración ha sido una tendencia global desde tiempos inmemoriales y solo la falta de medios o las dificultades para estar en los mercados, impedía una rápida evolución de la tendencia.

La apuesta siempre ha sido la misma: los mejor preparados, los más especializados o los que ofrecen un producto más diferente y diferenciador, son los que están más preparados para sobrevivir y sobresalir en un mercado marcado por la atonía que impone la sobredimensión.