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Esperar un cambio de paradigma con las mejores herramientas

  • Última actualización
    08 octubre 2024 05:20

Mantener la periodicidad de los servicios marítimos hoy en día es casi una misión imposible. La inestabilidad internacional y los conflictos en algunas de las rutas marítimas más importantes del mundo complican el trabajo de las navieras. Si cumplir un horario es fundamental cuando hablamos de carga seca, imaginen para las mercancías que necesitan de unas condiciones especiales para mantener todas sus cualidades. La carga reefer sufre como ninguna otra los cambios de itinerarios y el aumento de los transit times.

A nivel general, puede decirse que el sector del transporte marítimo de carga a temperatura controlada no pasa por su mejor momento. Atrás queda la década de los 2010, cuando se experimentó una de las mayores bonanzas de la historia. Desde que comenzó la década de 2020, lo cierto es que el sector no ha tenido mucha estabilidad entre pandemias sanitarias, bloqueos de importantes vías navegables y conflictos bélicos. El conflicto en el Mar Rojo ha provocado un considerable aumento del tiempo que el contenedor reefer tiene que pasar en ruta, lo que aumenta los riesgos de que la mercancía no llegue a su destino como debiera.

¿Qué hacer? Varias son las opciones, aunque todas complicadas de acometer a corto plazo, como ampliar el número de buques que operan en un mismo servicio para que la periodicidad de este no se vea comprometida, aumentar el número de conexiones frigoríficas en los barcos, o incluso engrosar la flota propia de contenedores reefer. Estas respuestas, válidas para el medio y largo plazo, no lo son si lo que se quiere es inmediatez, porque no podemos olvidar que todas esas inversiones van a requerir de un retorno. A ninguna naviera le gusta tener buques medio vacíos en sus servicios ni contenedores reefer ociosos, porque ambas situaciones cuestan mucho dinero.

Las mejoras tecnológicas han hecho posible que el transporte internacional reefer pueda sortear con relativa facilidad períodos inestables y complicados, como el actual

Es en el entorno actual cuando pueden recogerse los frutos de la apuesta realizada por las grandes navieras en los últimos años por los procesos de transformación digital y la implementación de las nuevas tecnologías. La logística marítima del frío ha venido abrazando estos procesos prácticamente desde que cada una de ellas irrumpió en el mercado, y las ha aplicado no sólo a sus rutinas internas, sino también a sus flotas de buques y contenedores. Hoy día, es impensable que haya nadie en la industria del shipping que todavía crea que el transporte de mercancía a temperatura controlada se circunscribe únicamente a introducir la carga en el contenedor, encender el mecanismo y esperar a que llegue a su destino. Los contenedores reefer de hoy ya disponen de toda una serie de especificidades que permiten controlar en todo momento el estado de la mercancía: atmósfera controlada, ventilación interna para evitar la formación de humedad, sensorización en tiempo real de las condiciones internas del contenedor y su incidencia en la carga, trazabilidad inmediata de buque y mercancía, etc. Estas mejoras han hecho posible que el transporte internacional reefer sortee períodos inestables y complicados, como el actual. Ha posibilitado que las empresas exportadoras e importadoras puedan realizar un seguimiento en tiempo real y tomar decisiones más acertadas en función de los datos que reciben, algo que redunda en unas previsiones más precisas y en una mayor eficiencia.

Como puede verse, las navieras han hecho sus deberes, y cuentan con las mejoras herramientas. No obstante, no hay que perder de vista cómo se está comportando el mercado. Porque si la ralentización del crecimiento en el comercio reefer mundial advertido por la consultora Drewry recientemente es únicamente debido a la coyuntura internacional, sólo queda esperar a que pase la tormenta. Si, por el contrario, esta moderación -decrecimiento en algunos ejercicios anteriores- se debe a otras circunstancias que no tienen nada que ver con la coyuntura de unos años en concreto, lo que queda por delante es un cambio de paradigma que sólo podrán afrontar aquellos que hayan hecho de la innovación su seña de identidad. Sólo el tiempo nos dará la respuesta.