La carretera lleva tiempo advirtiéndolo y no le están haciendo caso. Llegará el día, porque, visto lo visto, llegará, y las soluciones de urgencia tendrán que darse en escenarios de prisas e ineficiencias. La vida está en cambio constante, la actividad económica acompasa sus tiempos a los nuevos escenarios y el transporte de mercancías por carretera no debe (no puede) ser menos.
El eslabón más próximo al consumidor, el más vistoso y resultón (¿quién no ha jugado a ser camionera alguna vez?), clama, sin vergüenza ya debido al hartazgo, porque le hagan caso y se atiendan las incidencias que se presentan en su día a día. El transporte por carretera, como otras muchas actividades económicas, se encuentra ultimando una etapa de vida, bordeando la siguiente pantalla de su existencia, y lo hace sin contar con el apoyo e impulso que se merece.
Las reglas del juego se cambian en los despachos sin alzar la vista, sin confirmar que son viables y sin asegurarse de que el impacto y los plazos son realistas y sostenibles (social y financieramente). Es que no hay por dónde coger algunas de las declaraciones que se hacen...
Pero, no les mareemos. Empecemos por lo básico: que las carreteras no se conviertan en ratoneras donde los conductores echen las horas como si estuvieran en un spa, porque de relajación y paz... nada de nada. Cuando estás en un atasco todos los santos días, lo que quieres es bajarte del camión y marcharte a casa.
En Valencia, FVET y Fenatport denuncian que la prestación de servicios de ida y vuelta entre el Puerto de Valencia y la zona industrial y logística de Riba-roja se está convirtiendo en una odisea donde te puede tocar un trayecto fluido o un atasco de dos horas y media. Y lo peor es que esta situación no es nueva, simplemente se ha agravado las últimas semanas. La Administración (local, autonómica y nacional) conoce el problema porque los transportistas se lo han dicho en cada encuentro que han tenido. En cada foro. La V-30 es un cuello de botella que los transportistas portuarios valencianos sufren desde hace años pero las soluciones no llegan. Falta planificación y gestión de infraestructuras viarias.