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¿Vientos de cambio en el shipping?

  • Última actualización
    02 abril 2024 05:20

Desde que en enero de 1991 el grupo Scorpions sacara a la luz una de las canciones más tarareadas en la historia reciente de la música, el tema “Wind of change” se ha convertido en la banda sonora de todos y cada uno de esos momentos que suponen un cambio de paradigma. De hecho, la banda liderada por Klaus Meine compuso la canción tras una gira por la Unión Soviética de la perestroika y después de la caída del Muro de Berlín.

Desde el estallido de la pandemia sanitaria en marzo de 2020, podría decirse que el sector del shipping ha experimentado los suficientes cambios de calado como para que estuviera sonando el tema de Scorpions en bucle. Todas y cada una de las disrupciones experimentadas por las cadenas de suministro mundiales y las alternativas que se han puesto sobre la mesa para sortearlas supusieron en cada momento la puerta abierta a una transformación que, no obstante, muchas veces se quedó en el cajón de las ideas geniales.

¿Y ahora? ¿En qué momento estamos? ¿Le damos al play y que suene “Wind of change”? Si les parece, analicemos el contexto primero. Por un lado, tenemos una situación geopolítica mundial que no invita al optimismo, y ni mucho menos a que el comercio mundial se reactive con suficiente fuerza. Por otro, tenemos al Mar Rojo, una de las principales arterias del transporte marítimo global, inmerso en un conflicto que ha provocado y provoca aún hoy numerosos desvíos en los servicios ofrecidos por las navieras. A esto hay que sumar la atonía de la demanda en la que siguen inmersas algunas de las principales economías, sin olvidar el creciente proteccionismo instalado en cada vez más países y el consecuente aumento de los aranceles, que impiden el despegue de las exportaciones. Como se puede ver, a grandes rasgos, la situación global no ha cambiado mucho en los últimos meses, así que, de momento, no hay música que poner.

Habrá que ver si la tendencia que ahora se esboza de ir hacia cadenas globales de valor más diversificadas se consolida

Sin embargo, hay otras señales que nos pueden invitar a darle al play. En estos momentos, la flota ociosa está en uno de sus niveles más bajos, gracias a la necesidad de poner en servicio más buques como consecuencia del aumento de los tiempos de tránsito por el desvío por el cabo de Buena Esperanza. Deberíamos, pues, felicitarnos, puesto que las navieras no han perdido ni un ápice de su capacidad de adaptación, algo que ha permitido que el comercio entre Asia y Europa no se haya resentido como sí lo hizo con el bloqueo del Canal de Suez en 2021 tras el encallamiento del buque “Ever Given”. Concluiremos, pues, que parece que la industria marítima está empezando a resistir mejor ciertas disrupciones. Añadamos que la ruta transpacífica, una de las más importantes a nivel mundial, muestra ciertos signos de recuperación. En febrero, el complejo portuario de Los Ángeles/Long Beach aumentó sus importaciones nada menos que un 46% respecto el mismo mes de 2023, y un 13% respecto febrero de 2019. Además, la Autoridad del Canal de Panamá ha decidido aumentar sus tránsitos para los buques portacontenedores hasta los 27 al día. Son cifras que no se acercan a los tránsitos registrados hace unos años, pero algo es algo.

El contexto es muy complicado, pero el sector logístico ha dado sobradas muestras de resiliencia. Habrá que ver si la tendencia que ahora se esboza de ir hacia cadenas globales de valor más diversificadas, en las que China o Taiwán van perdiendo su rol como las grandes fábricas del mundo, se consolida. De pasar, tendríamos motivos para escuchar “Wind of change” a todo volumen. Mientras tanto, esperaremos.