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MARÍTIMO · Durante una mesa redonda sobre el suceso de Baltimore organizada por la Universidad Católica de Valencia

Los expertos señalan que los remolcadores no hubieran evitado el accidente de Baltimore

Más de un mes después del accidente del buque “Dali” en Baltimore, todavía sigue habiendo muchas incógnitas sobre lo sucedido realmente y si hubo alguna posibilidad de haber evitado el siniestro.

valencia. El pasado 26 de marzo, el navío colisionó contra el puente Francis Scott Key de Baltimore, provocando el derribo de buena parte de la infraestructura y provocando la muerte de cuatro personas y la desaparición de otras dos.

Una de las dudas que sobrevuela siempre en este tipo de sucesos es si el accidente pudo haberse evitado. La respuesta a esta pregunta podría estar en los informes que deben elaborar tanto la Administración de Estados Unidos como la del país que abandera el buque, en este caso Singapur.

Si bien no es la más importante, sí es cierto que la una de las incógnitas más importantes a despejar es si el concurso de los remolcadores podría haber evitado el fatal desenlace o, al menos, minimizarlo. Tanto para Sara Parmo, responsable del Departamento de Operaciones de Clarksons Martankers, y Víctor Oltra, consejero delegado de Intersagunto Terminales, la respuesta es que no.

La velocidad, dimensiones e inercia del “Dali” en el momento del accidente hacían imposible su detención por parte de los remolcadores, según Sara Parmo (Clarksons Martankers) y Víctor Oltra (Intersagunto Terminales)

Ambos participaron el pasado lunes en una mesa redonda organizada por la Universidad Católica de Valencia bajo el título “El suceso de Baltimore. ¿Quién va a tener que asumir la responsabilidad?”, moderada por Miguel Rocher, managing director de Operplus, y en la que también aportaron su perspectiva del suceso Carlos Salinas, abogado y socio de MA Abogados; y Francisco Salvador, branch manager de Valencia de ONE.

Aunque el “Dali” dejó la terminal asistido por dos remolcadores, estos dejaron el buque una vez llegó al canal de navegación del enclave. Baltimore es un puerto de aguas interiores, pero la presencia de remolcadores que asistan a los buques en dicho canal “no es obligatoria”, tal y como recordó Sara Parmo.

Antes de la colisión el capitán del “Dali” realizó una llamada de emergencia a los remolcadores de la zona. Desde que el buque accede al canal de navegación del puerto hasta su colisión pasaron cuatro minutos, “cuando el tiempo medio de respuesta de un remolcador desde que es requerido hasta que llega al buque oscila entre los 10 y 15 minutos en España, un tiempo que en el caso de Estados Unidos no creo que difiera mucho”, apuntó Víctor Oltra.

EL DATO
8

minutos. Un buque del tamaño y las características del “Dali” necesita de 8 minutos para detenerse totalmente en el caso de que sus motores funcionen a pleno rendimiento.

Para la directora de Clarksons Martankers, “el barco nunca tuvo la oportunidad de poder realizar un ‘reverse’, ya que hay que tener en cuenta no sólo la velocidad que llevaba en ese momento -8 nudos-, sino la inercia que provoca”.

Víctor Oltra incidió en esta idea. “Aunque el buque hubiera estado asistido por remolcadores desde su salida de la terminal, con 8 nudos de velocidad y la inercia que despliega, detener un buque de estas características es imposible”.

Según Oltra, “vamos a tener que asumir que este riesgo existe”, ya que “las infraestructuras llegan hasta donde llegan a pesar de que el tamaño de los buques “crece exponencialmente”.

$!Asistentes a la mesa redonda organizada por la Universidad Católica de Valencia. Foto R. T.
Proceso judicial

La complejidad para dirimir la responsabilidad en el accidente abre la puerta a un proceso judicial que podría dilatarse a lo largo de más de una década, tal y como aseguró a Diario del Puerto Carlos Salinas, quien subrayó que hasta la celebración del juicio habrá que esperar, como mínimo, un año.

A esto hay que sumar la distancia entre las posiciones de cada una de las partes implicadas. Por un lado, el armador del buque ha pedido una limitación de responsabilidad, la declaración de avería gruesa e iniciar el proceso de salvamento del barco. Por otro, la ciudad de Baltimore se opone a la limitación de la responsabilidad, la petición de daños y perjuicios así como la presencia de un jurado popular.

Según Salinas, una vez haya un veredicto, es más que probable que se recurra la sentencia, abriéndose una nueva fase de todo el proceso que podría finalizar en el Tribunal Supremo. No obstante, según Salinas, “las posibilidades para que triunfe la limitación de responsabilidad son complicadas”.

Para el socio de MA Abogados, “estamos antes lo que conocemos como un megasiniestro”, por lo que “muchas cosas pasarán muy rápido, pero otras tantas no”. Y remarcó: “Lo que se haga los primeros días marcará la estrategia de defensa en los próximos años”.

Por su parte, Francisco Salvador puso en valor el papel tanto de las compañías aseguradoras como de los despachos de abogados especializados. Asimismo, reconoció que durante el período de investigación “todas las partes se muestran prudentes”.