Desde comienzos del pasado mes de mayo, los fletes spot han entrado en una deriva de crecimiento, primero moderado, y después, mucho más desbocado. Las treguas en la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos hacia China y Europa ha provocado que las empresas cargadoras hayan echado el resto, aumentando sus stocks hasta límites insospechados por si las negociaciones que mantiene la Administración Trump con el gigante asiático y la Unión Europea no lleguen a buen puerto.
Veamos unos simples datos para conocer el alcance de esta situación. En la última semana, el valor medio del World Container Index (WCI) de Drewry ha crecido un 41% sólo en una semana. La subida es relevante, no tanto por el hecho de esos 41 puntos de más -que también-, sino por el hecho de que ese incremento ya viene precedido por otro las semanas anteriores. De hecho, desde el 8 de mayo, ese flete medio se ha disparado nada menos que un 70%.
Pero hay más. Los buques de la ruta transpacífica, la que une el mercado asiático -sobre todo China- con las dos costas de Estados Unidos, están hasta los topes. Las tarifas hacia la costa oeste de EEUU han aumentado un 57% en la última semana y un 117% desde el 8 de mayo. El crecimiento hacia la costa este es menor, pero no desdeñable: un 39% la última semana y un 96% desde el 8 de mayo. Los fletes entre China y Europa también se han visto arrastrados en esta tendencia, debido sobre todo a que las navieras han visto que ahora es la ruta transpacífica la que requiere del mayor esfuerzo. Las tarifas hacia el norte de Europa y el Mediterráneo han crecido en la última semana un 32 y un 38%, respectivamente.
Esta subida tan repentina de los últimos días hay que interpretarla como un primer aviso. Aunque hay una coincidencia prácticamente unánime en afirmar que los fletes no llegarán a niveles pospandemia, lo cierto es que más de uno comienza a removerse en la silla a la espera de ver cómo evolucionarán esas tarifas a corto plazo. No negarán que la foto actual que arroja la evolución de los fletes no recuerda a esa segunda mitad del año 2020 y a todo el año 2021, cuando las tarifas llegaron a cotas nunca vistas antes. Y no me negarán que, a pesar de lo que vaticinan esos expertos, en los últimos años tenemos sobrados ejemplos de realidades que han dado al traste con todas y cada una de las previsiones.