Incertidumbre. Esa es y, por lo que parece, será la tónica que regirá el mercado marítimo mundial a corto y medio plazo. Esa inseguridad se está trasladando a todos los indicadores del shipping, incluidos los niveles de fletes spot.
VAlencia. Tras semanas de bajadas continuadas, el World Container Index (WCI) elaborado por Drewry ha comenzado a lanzar señales de cambio. La última publicación realizada por la consultora al cierre de esta edición databa del 29 de mayo, y muestra una tendencia clara: las tarifas para embarcar un contenedor de 40 pies en las principales rutas marítimas están comenzando a repuntar.
EL DATO
2.508
dólares. El último World Container Index (WCI) publicado por la consultora Drewry marca un repunte medio de los fletes del 10%, alcanzando un valor de 2.508 dólares por cada contenedor de 40 pies embarcado.
El origen de estas subidas parece estar claro, y no es otro que la política arancelaria puesta en marcha por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Según los expertos consultados por Diario del Puerto, la tregua en la imposición de aranceles a la Unión Europea y, sobre todo, a China, ha provocado que ciertas rutas marítimas hayan experimentado en las últimas semanas un aumento de la demanda de espacios de carga, algo que ha repercutido en ese nivel de fletes.
Desde el 14 de mayo y con un período de 90 días, Estados Unidos y China se encuentran en una especie de calma tensa en sus relaciones comerciales, al acordar ambas partes rebajar sus aranceles. Prácticamente de manera inmediata, el comercio marítimo entre ambas economías se disparó como consecuencia de los trabajos de acopio de mercancías realizado por los retailers americanos.
Las principales asociaciones de empresas cargadoras vaticinan un acuerdo duradero y estable entre Estados Unidos y China tras la finalización de la tregua arancelaria
Una de las consecuencias más inmediatas es que el flete por cada contenedor de 40 pies en la ruta transpacífica (la que une Asia con las costas oeste y este de Estados Unidos) ha repuntado.
En concreto, las tarifas entre Shanghái y Los Ángeles subían a finales del pasado mes de mayo un 17% hasta los 3.738 dólares, mientras que el flete entre los puertos de China y el de Nueva York llegaba a los 5.172 dólares, un 14% más, una tendencia que ya comenzó a detectarse a comienzos de mayo.
“Ante esta situación, las navieras han movido ficha y han decidido reforzar sus servicios entre China y Estados Unidos con la incorporación de más espacios de carga, es decir, incorporando nuevos buques a estas rutas”, asegura a este Diario Agustín Montori, expresidente de la Comisión Marítima de FETEIA-OLTRA y asesor del actual presidente. Coinciden en este análisis tanto Nuria Lacaci, secretaria general de la Asociación de Cargadores Españoles (ACE) y Jordi Espín, secretario general de Transprime Spanish Shippers’ Council.
De hecho, un directivo de una importante naviera asegura a este Diario que “la tendencia actual es poner en servicio los buques con más capacidad en las dos grandes rutas transpacíficas”.
Esa reorganización de recursos y movimiento de buques ha provocado, según todas las fuentes consultadas, que otras rutas hayan visto disminuida su oferta de carga, al operar con menos buques y, por tanto, menos espacios para la carga de mercancía en contenedores.
Es el caso de las conexiones entre Asia y Europa, tanto hacia los puertos del norte como los del Mediterráneo. En concreto, a 29 de mayo, el flete entre Shanghái y Róterdam se colocaba en 2.159 dólares, un 6% más que la semana anterior, mientras que la tarifa de exportación hacia el Mediterráneo creció tres puntos esa misma semana hasta los 2.939 dólares.
¿Y después del verano?
Según Montori, “las situaciones de conflictividad en Amberes o la falta de gabarras en Bremerhaven podrían influir en una subida las próximas semanas en los fletes desde Asia hacia Europa”.
La gran cuestión a resolver es qué pasará una vez finalice el período de tregua en esa imposición de aranceles establecido por la Administración Trump. Ese plazo finaliza el 9 de julio para la Unión Europea y a mitad de agosto para el caso de China. La resolución o no de estos conflictos recupercutirá en el comportamiento de la demanda en los próximos meses.
La ruta transpacífica acumula en las últimas semanas un importante aumento en la demanda de espacios de carga
Nuria Lacaci aventura que en la ruta europea no faltará espacio de carga, “aunque no descarto un descenso de la demanda y, por tanto, que las navieras hagan uso de los blank sailings”. En este punto, Jordi Espín habla de una “demanda errática en Europa” provocada por la inestabilidad internacional o la cada vez más alta incidencia de episodios climáticos, y apunta, al igual que Lacaci, que la entrada en servicio de nuevos buques aumentará la capacidad ofertada.
Estados Unidos-China
Ambas asociaciones de empresas cargadoras se muestran optimistas ante los resultados de las negociaciones entre Estados Unidos, China y la Unión Europea. “Estamos convencidos y deseamos que haya un acuerdo estable y duradero entre Estados Unidos y China, ya que la intención de Trump es negociar y obtener los beneficios que pueda para asegurarse rutas”, adelanta Lacaci.
Una de las grandes incógnitas radica en saber qué comportamiento tendrá la demanda tras el verano
Jordi Espín, por su parte, augura el mismo resultado ya que “Estados Unidos no puede permitirse imágenes de estanterías vacías”, y subraya que “esta tregua permite visibilizar que la demanda existe”.
La OCDE rebaja sus previsiones de crecimiento
Las barreras comerciales, las condiciones financieras restrictivas, la disminución de la confianza y la incertidumbre política tendrán efectos adversos en el crecimiento económico mundial, según las últimas Perspectivas Económicas publicadas ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El organismo proyecta una desaceleración del crecimiento mundial del 3,3% en 2024 al 2,9% tanto en 2025 como en 2026. Se prevé que la desaceleración se concentre principalmente en Estados Unidos, Canadá, México y China, con ajustes a la baja menores en otras economías.
En concreto, se estima que el crecimiento del PIB en Estados Unidos disminuya del 2,8% en 2024 al 1,6% en 2025 y al 1,5% en 2026. En la eurozona, se prevé un crecimiento moderado, del 0,8% en 2024 al 1% en 2025 y al 1,2% en 2026. El crecimiento de China se moderaría, pasando del 5% en 2024 al 4,7% en 2025 y al 4,3% en 2026.
Las presiones inflacionarias han resurgido en algunas economías. Se espera que el aumento de los costos comerciales en los países que aumentan los aranceles impulse aún más la inflación, aunque el impacto se verá parcialmente compensado por la caída de los precios de las materias primas.
Las perspectivas destacan una serie de riesgos, empezando por la preocupación de que una mayor fragmentación del comercio, incluyendo nuevas subidas arancelarias y medidas de represalia, podría provocar importantes perturbaciones en las cadenas de suministro transfronterizas. Como punto positivo, no obstante, la reversión de las nuevas barreras comerciales impulsaría las perspectivas de crecimiento mundial y reduciría la inflación. Asimismo, una resolución pacífica de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio también podría mejorar la confianza y los incentivos para la inversión.
Los puertos de China y Estados Unidos, disparados
Los grandes puertos de China y los dos principales enclaves de Estados Unidos (Long Beach-Los Ángeles y Nueva York-Nueva Jersey) registran en el primer cuatrimestre del año importantes crecimientos en sus flujos de carga contenerizada.
Según datos del Gobierno de China publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas, el tráfico de contenedores en el sistema portuario del país alcanzó entre los meses de enero y abril la cifra de 110 millones de TEUs, lo que supone un crecimiento de casi ocho puntos respecto el mismo período del pasado año.
Por su parte, el Puerto de Nueva York y Nueva Jersey, en la costa este de Estados Unidos, registró una fuerte actividad en abril, con 751.194 TEUs, un 6% más, según los datos de la Autoridad Portuaria de Nueva York/Nueva Jersey. Durante los primeros cuatro meses del año, el enclave gestionó 2.954.913 TEUs, un 9% más.
Long Beach gestionó en abril 867.493 TEUs, un 15,6% más. Durante el primer cuatrimestre del año, el enclave movió 3.403.069 TEUs, un aumento del 23,6% más que en el mismo período de 2024.
Las otras variables de la ecuación
El nivel de los fletes no depende únicamente del balance entre oferta y demanda. Hay otras variables que cada vez pesan más, sobre todo en los últimos tiempos. Por un lado, la guerra abierta entre los tribunales de Estados Unidos y Donald Trump. Como se recordará, un tribunal federal declaró ilegales la mayoría de las tarifas, aunque horas más tarde, una Corte de Apelaciones dio un revés a esta suspensión y las volvió a reactivar. Por otro lado, la pretensión de Trump de gravar cada escala en puertos de Estados Unidos de cada buque fabricado en China.
Como ejemplo de esta incertidumbre total, valgan las previsiones que realizan desde el Puerto de Long Beach: “Tras mover la mayor cantidad de contenedores de cualquier puerto estadounidense en el primer trimestre de 2025, anticipamos una caída de más del 10% en las importaciones en mayo”, según Mario Cordero, director ejecutivo del Puerto de Long Beach. “Aunque se suspendieron los aranceles más altos, debemos prepararnos para sus efectos”, declaró Bonnie Lowenthal, presidenta de la Comisión del Puerto de Long Beach.