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Diario del Puerto organiza un Desayuno Informativo con cinco profesionales jubilados del sector

Una mirada al futuro desde la experiencia

El Festival de Cine de Cannes cuenta con una sección específica denominada “Una cierta mirada” en la que se proyectan obras “originales y diferentes”. Aquí tienen su oportunidad esas películas de noveles, o no tanto, que no tendrían cabida en cualquier otro certamen internacional pese a que, en ocasiones, se trata de iniciativas de primer nivel.

Valencia. Siguiendo esta idea, Diario del Puerto ha realizado un Desayuno Informativo buscando esa “cierta mirada” de un quinteto de profesionales del sector, que suman más de 200 años cotizados en logística, pero que ya hace algún tiempo que están prácticamente desvinculados de la actividad diaria.

Citamos a este encuentro a Chema Ballester, empresario del sector del transporte por carretera; Juan Cubells, empresario transitario; Salvador Furió, agente marítimo; Ramón Gómez-Ferrer, exdirector de la Autoridad Portuaria de Valencia y Ramiro Rodríguez, exmarino mercante y gestor de terminales portuarias.

Chema Ballester: “El sector del transporte por carretera no está llamado a desaparecer, pero sí a reducirse (...) además, debo admitir que tenemos un grave problema que es el de la profesionalización de los conductores”

Pese a lo que pueda parecer, no ha sido fácil cuadrar las agendas de los cinco. El día a día de las oficinas ha dejado paso a otras rutinas familiares, deportivas, de ocio y hasta formativas, que llenan las horas de estos logísticos que nunca han dejado de serlo y que, aunque ahora ocupan su tiempo en otros menesteres, siguen pensando en clave logística.

Ramón Gómez-Ferrer: “He de reconocer que en mi vida profesional he tenido poco tiempo para la familia, o más bien le he dedicado poco tiempo, por lo que ahora que tengo la oportunidad de hacerlo y es muy satisfactorio”

Recuerdos, anécdotas, temores y hasta profundas reflexiones sobre el futuro se entremezclan en una avivada conversación en la que todos tienen algo que aportar. A pesar de la distancia de los años, todos muestran un envidiable estado de forma logístico y mantienen abundantes lazos afectivos con el sector.

Vinculación

El tiempo que le dedican al sector es realmente poco, aunque como asegura Chema Ballester “es tiempo de calidad y de conocimiento”. Llegados a este punto es necesario distinguir entre los que son empresarios y los que han sido asalariados. Evidentemente, la ligazón es mucho más directa o inevitable en los casos de Chema Ballester o de Juan Cubells, empresarios del transporte y transitario, respectivamente, aunque todos coinciden, aproximadamente, en el tiempo que le dedican al sector: “Poco o muy poco”.

Chema Ballester: “Es una gran satisfacción mi estado actual... es como si hubiera hecho un plan estratégico para trabajar de joven y vivir de mayor”

En el caso de los dos empresarios, además, se une otra circunstancia y es que “el sector me gusta”, asegura Cubells, lo que no deja de ser una buena excusa para seguir vinculado al mismo.

Ramón Gómez-Ferrer: “En nuestro sistema el espacio marítimo-portuario es dominio público, no se puede ni comprar ni vender y eso hay que gestionarlo desde una administración, por lo que es muy difícil de cambiar”

Diferente es el caso de Ramiro Rodríguez. “Tengo relación cero con el sector y además no tengo ganas; es cierto que mantengo relación con algunos amigos profesionales que de una u otra forma te hacen estar al tanto de lo que pasa, pero relación de trabajo... ¡cero pelotudo!”, bromea.

Ramiro Rodríguez: “Si queremos estar en el futuro, tenemos que estar en la automatización. Me alegro de que haya salido adelante el tema de la Terminal Norte porque, de lo contrario no estaba muy seguro del futuro del puerto”

Curiosamente, la actividad de la Asociación de Directivos y Empresarios Logísticos (Propeller Valencia) está sirviendo de cordón umbilical entre estos profesionales y el pulso de la actualidad sectorial. Todo ellos, excepto Ramiro Rodríguez, son socios en activo lo que les garantiza una conexión directa con el sector.

Juan Cubells: “Al principio crees que te vas a liberar de horarios y otras cosas, pero luego viene un bache y necesitas recomponerte un poco”

Al margen de eso, Ramón Gómez-Ferrer procura mantenerse informado a través de la prensa y las redes sociales; Chema Ballester y Juan Cubells mantienen el pulso a través de sus empresas, mientras que Ramiro Rodríguez y Salvador Furió ya hace tiempo que no tienen mayor vinculación que no sea alguna reunión de antiguos amigos del sector.

Nueva etapa

¿Hay vida después del sector? La respuesta unánime es contundente. “Por supuesto, y quizás más que antes”, apostillan vehementemente Salvador Furió y Ramiro Rodríguez.

Juan Cubells: “La política de integración vertical de algunas navieras no parece estar dando los buenos resultados que se esperaban, pero parece evidente que las navieras se quedarán en un grupo de 5 grandes y los transitarios en otros 5”

La explicación puede parecer sencilla: hay más tiempo para disfrutarlo de otra forma. Cuando se está trabajando a pleno rendimiento, y más en este sector, no queda mucho tiempo libre para casi nada, pero cuando llega la jubilación todo se transforma y estos profesionales han encontrado nuevas ventanas de oportunidad para hacer eso que siempre quisieron hacer y nunca pudieron o, simplemente, para dedicar su tiempo a otras cosas.

Salvador Furió: “Cuando me jubilé ya llevaba el primer marcapasos puesto, que fue uno de los motivos de la decisión”

En el caso de Chema Ballester la jubilación nació de un convencimiento personal. “A los 60 años reuní a mis hijos y les dije que me quería jubilar; empecé a soltar lastre y, finalmente, lo conseguí a los 68. A raíz de esto he podido dedicarme en plenitud al golf, un deporte que estando en activo nunca había podido desarrollar. Ahora me falta tiempo para todo; en ocasiones me coinciden varios compromisos y tengo que elegir cuál me interesa o me apetece más. Personalmente, es una gran satisfacción mi estado actual... es como si hubiera hecho un plan estratégico para trabajar de joven y vivir de mayor”.

Ramón Gómez-Ferrer: “Nuestro sector siempre ha necesitado capital para seguir creciendo y responder al crecimiento de comercio mundial”

Juan Cubells cree que hay una transición. “Al principio crees que te vas a liberar de horarios y otras cosas, pero eso es algo que vale durante los tres o cuatro primeros meses en los que haces cosas que antes no hacías, pero luego viene un bache en el que te das cuenta de que tu actividad ya no es la misma que antes y necesitas recomponerte un poco. El primer año es complejo. Luego te recompones rápido y llegas a un estado en el que ya no volverías a trabajar. Conviene no olvidar que nuestro sector requiere mucha actividad, sin horarios, y no es fácil pasar de un estado a otro sin superar ese bache del que hablo”. Y “aunque estoy reñido con el deporte, sí me gusta caminar y dedico mucho tiempo al mundo de las fallas y a otros hobbies, como la restauración de muebles o el bricolaje”.

Ramiro Rodríguez: “¿Qué es vivir? Vivir es dar golpes, ir dando golpes por la vida”

A Ramón Gómez-Ferrer le cogió a jubilación a los 15 días de iniciarse la pandemia, “por lo que no tuve otra que quedarme en casa encerrado, como todos, con pocas opciones de hacer nada diferente a la lectura, la música o la televisión. No obstante, la jubilación era algo que tenía muy asumido y me preparé bien para este momento. Por otra parte, mis hijos han comenzado a tener hijos y como es lógico, estamos dedicando mucho tiempo a la familia, lo que es muy satisfactorio. He de reconocer que en mi vida profesional he tenido poco tiempo para la familia, o más bien le he dedicado poco tiempo, por lo que ahora tengo la oportunidad de hacerlo y es muy satisfactorio”.

Salvador Furió:“No veo el futuro al sector del consignatario porque las navieras ya ejercen como tal, así que no hay mucha opción que no sea que la actividad esté integrada en esas navieras o que incluso la propia terminal ofrezca ese servicio”

Ramón Gómez-Ferrer también dedica algo de su tiempo para hacer ejercicio físico y, como Chema Ballester, practica el golf, ya no solo por el deporte en sí mismo, sino porque “es una actividad que te permite mantener relaciones sociales, viajar, etc. Al final el día se te queda corto”.

$!Juan Cubells, Chema Ballester y Fernando Vitoria, en un momento del Desayuno Informativo. Foto R.T.

Ramiro Rodríguez asegura que siempre tuvo las ideas bastante claras y, aunque cuando se jubiló tuvo alguna tentación para volver a los ruedos, pronto supo que se jubiló “para vivir”, no para seguir trabajando. “Y ¿qué es vivir?”, se cuestiona Rodríguez, “pues vivir es dar golpes, ir dando golpes por la vida. Primero te jubilas y te comes el mundo, le dedicas tiempo a la familia y te pones con el deporte, pero de esto estoy desengañado: me apunté a un gimnasio y todavía estoy pagando las consecuencias de aquello, con una rodilla que se me ha quedado medio tiritando”.

Ramiro Rodríguez: “¿Estamos perdiendo soberanía logística en nuestro país? Totalmente. Además, en este escenario es muy difícil recuperarla”

“Es fundamental el sentido común -insiste Ramiro Rodríguez- lo que tienes que hacer es estar bien, haciendo lo que sea (deporte, leer, andar...). A mí, por ejemplo, me está interesando mucho todo el tema de los automatismos, la inteligencia artificial, etc., aunque he de reconocer que, si tuviera que vivir esto profesionalmente, me muero. Lo importante ahora es tener salud o procurarla”.

EL DATO
Desayuno

Información directa. Diario del Puerto evoluciona el concepto tradicional de sus Desayunos Informativos adaptándolos a las necesidades de cada momento, pero conservando su espíritu de aportar información de interés, diferenciadora y diferente para sus Socios Suscriptores. Este modelo de iniciativa informativa de Diario del Puerto viene a sumarse a las otras ya consolidadas en formato streaming o presencial.

Salvador Furió recuerda que cuando se jubiló, después de trabajar 43 años en el mismo edificio, “ya llevaba el primer marcapasos puesto, que fue uno de los motivos de la decisión. Además, no fue un proceso ‘soft’ porque fue un poco traumático todo el cierre de la empresa (Transbull). No obstante, tuve un año de transición colaborando informalmente a nivel de conversaciones con una empresa tecnológica sobre temas de digitalización y automatización que me vino muy bien”.

Chema Ballester: “Las grandes navieras no han venido voluntariamente, sino por el trabajo y el esfuerzo de todos los que estábamos aquí”

Además, Furió aprovechó su jubilación para cumplir uno de los sueños de su vida: “Me matriculé en la Nau Gran en Geografía e Historia, donde hice dos itinerarios seguidos de cuatro años y otro itinerario de dos años sobre Grecia. Me ocupó mucho tiempo y conocí a mucha gente. En la actualidad me mantengo informado a través de la prensa y con las notificaciones del móvil, que cada vez recibo más”.

Salvador Furió: “Las decisiones sobre nuestro futuro siempre estuvieron en manos de personas que estaban a miles de kilómetros de tu oficina”
EN DESTACADO
Chema
Ballester Senent

Edad: 72 años

Años cotizados en el sector: 59 años, 10 meses y 3 días

Actividades desarrolladas en el sector: en consignataria, naviera, empresario de transporte, dépot y logística integral

Grado de relación actual con el sector (%): 1%

Juan
Cubells Blasco

Edad: 68 años

Años cotizados en el sector: 48

Actividad desarrollada en el sector: transitario (empresario)

Grado de relación actual con el sector (%): 10% entre empresa y formación

Salvador
Furió Arándiga

Edad: 78 años

Años cotizados en el sector: 43

Actividad desarrollada en el sector: Agente marítimo

Grado de relación actual con el sector (%): 0%

Ramón
Gómez-Ferrer Boldova

Edad: 72 años

Años cotizados en el sector: 32

Actividad desarrollada en el sector: Autoridad Portuaria de Valencia (diversos departamentos hasta la Dirección General)

Grado de relación actual con el sector (%): 5%

Ramiro
Rodríguez Trillo

Edad: 70 años

Años cotizados en el sector: 35

Actividades desarrolladas en el sector: marino mercante y gestión de empresas estibadoras

Grado de relación actual con el sector (%): 0%

Redes sociales, amigos e inteligencia artificial

En general los cinco protagonistas (Chema Ballester, empresario del sector del transporte por carretera; Juan Cubells, empresario transitario; Salvador Furió, agente marítimo; Ramón Gómez-Ferrer, exdirector de la APV y Ramiro Rodríguez, exmarino mercante y gestor de terminales portuarias), no son de redes sociales, más allá de algún grupo de WhatsApp y algún escarceo en Facebook.

La excepción es Ramón Gómez-Ferrer, que utiliza LinkedIn y X para mantenerse “informado, actualizado y conectado”. Además, “siempre te van derivando hacia otros asuntos que pueden llegar a interesarte notablemente”, añade.

“Yo es que ni siquiera tengo WhatsApp -asegura Chema-, prefiero que me llamen por teléfono y comentar las cosas directamente. Es tan impersonal esta forma de comunicación que la mayoría no te dice ni hola ni adiós”.

Preguntados por cuántos de sus amigos actuales pertenecen o han pertenecido al sector las respuestas son sinceras: Chema, 40-50%; Juan, 30-40%; Ramón, 33%; Salvador, 65% y Ramiro, 85% en Valencia... “en mi pueblo: 0%”. Estos datos pueden parecer frívolos, sin embargo, revelan con claridad el impacto que ha tenido el sector en sus vidas.

La conversación deriva, finalmente, hacia el futuro y en la irrupción de la inteligencia artificial. ¿Ha llegado para quedarse?

“Desgraciadamente sí. Sin duda. Aunque todo dependerá de la utilización que se haga de ella, pero no hay escapatoria”, explica Juan Cubells.

“Yo he viajado mucho y al llegar al muelle, como tenía conocimientos de estiba, organizaba las cosas, ahora todo es automático. Reconozco que la tecnología es fundamental, porque si no sería imposible manejar a pinrel los cacharros de ahora de 24.000 TEUs”, sentencia Ramiro Rodríguez.

Relaciones sociales, familia y trabajo

Y en esta nueva etapa de la vida ¿qué es lo que no echan de menos estos profesionales del sector? La respuesta es directa: trabajar. “Ahora bien, lo que yo no he conseguido es despertarme más tarde que antes”, explica Salvador Furió.

Por su parte, Chema Ballester asegura que no echa en falta nada porque “hasta de los errores he aprendido, así que en realidad todo me ha servido y no cambiaría nada. Si tomas una decisión y fallas, te queda el consuelo de que has tratado de tomar esa decisión aplicando el sentido común; si te equivocas, aprendes para la próxima”.

Chema tiene dos hijos trabajando en el sector. También Salvador y Ramiro tienen descendientes “logísticos” pero ¿aconsejarían a sus nietos que trabajaran en el sector?

“En el sector que yo conocí, sí”, incide Salvador Furió, “porque yo he sido muy feliz trabajando; he visto el mar desde mi oficina, venía a trabajar bordeando la dársena y veía la actividad. Había un dicho en Valencia que decía: no hay sábados sin sol ni MacAndrews sin vapor. Me encantaría que mis nietos trabajaran en esa época... Pero hoy no lo veo y además los salarios para los que empiezan son una miseria”.

“Pero sería difícil que vivieran esa época de nuevo porque precisamente estamos hablando de que lo que ha cambiado en el sector son las relaciones tan personales que había antes”, apunta Juan Cubells. “En este sentido, la informática es un ‘mal necesario´ sin el que no podríamos evolucionar, pero que ha influido mucho en ese recorte de las relaciones”.

“Ya, pero las nuevas generaciones están preparadas para vivir en ese entorno y nosotros ya hicimos nuestro camino en el nuestro- apunta Ramiro- ¿Que si yo le recomendaría a mi nieto trabajar aquí? Yo a mi nieto le daría de bofetadas para que estudie y ya está”.

“En mi caso no estaba previsto que mis hijos se dedicaran a este mundo -explica Chema Ballester-, en realidad yo quería para ellos otra cosa que no fuese tan sacrificada, pero el veneno es el veneno y a los 17 años comenzaron los dos a colaborar en la empresa al tiempo que estudiaban. Sacaron adelante sus carreras, pero se quisieron quedar en la empresa y claro, no los iba a despedir. Creo que con mis nietos puede ocurrir algo parecido. Lo único es que dentro de 15 o 20 años, cuando les toque, ya tendrán que estar con el fondo de inversión que nos compre”, ironiza.

“Mis hijos eligieron su carrera y no se decantaron por la logística”, explica Ramón Gómez-Ferrer, “pero el sector tiene un futuro espléndido, el mundo tiene casi 8.000 millones de habitantes y todos queremos vivir mejor, por lo que el comercio no va a parar de crecer y España es un país que aspira a seguir estando en la economía mundial. Si seguimos trabajando, y hay muchos mimbres para que no decaiga, el sector tiene mucho futuro”.

Y es que todos ellos, sin excepción, volverían a trabajar en el sector si pudieran elegir, aunque Ramiro considere “que lo mío es un accidente, ya que estoy en el sector por accidente. Yo estaba en mi barquito yendo y viniendo, la mar de bien, y un día me bajé a tierra... y aquí me quedé por el gusanillo que te entraba cuando estabas en el puerto en los años 70 u 80. Entonces podías influir sobre las decisiones y tenías más responsabilidad sobre los resultados, lo que te daba un buen chute de adrenalina. Y he de romper una lanza a favor del puerto ya que siempre nos dio amparo conforme fuimos creciendo y actuó para que el recinto no se convirtiera en un cuello de botella”.

“Realmente hemos sido unos privilegiados por poder haber trabajado en este sector”, apostilla Chema Ballester.

El futuro de los colectivos

Y ¿cómo ven el futuro de sus respectivas profesiones o sectores?

Chema Ballester es el primero en lanzarse. “El sector del transporte por carretera no está llamado a desaparecer, pero sí a reducirse. El ferrocarril quiere coger una cuota de mercado (aunque no ha conseguido avanzar en 40 años), pero el transporte por carretera no va a desaparecer nunca porque es fundamental para, entre otras cuestiones, cubrir la última milla. Pero sí debo admitir que tenemos un grave problema que es el de la profesionalización de los conductores, cada vez hay menos personas que quieran dedicarse a esta profesión porque no está tan bien pagado como se piensa y, además, hay que dedicarle muchas horas y es necesario poder conciliar, lógicamente. Va a ser difícil. Actualmente tenemos una chófer en plantilla y queremos ampliarlo tanto como se pueda, pero en cuatro años no hemos recibido una solicitud de una mujer”.

“Pero al margen de esto, soy optimista de cara al futuro. Hay que seguir llenando barcos. La estructura del sector se puede modificar con fusiones y adquisiciones, pero el transporte por carretera va a seguir siendo necesario”, asegura.

Transitarios

El sector transitario, por su parte, también mantiene un horizonte favorable, según Juan Cubells. “La política de integración vertical de algunas navieras no parece estar dando los buenos resultados que se esperaban, pero por otra parte parece evidente que las navieras se quedarán en un grupo de cinco grandes y los transitarios en otros cinco. ¿Eso quiere decir que el transitario pequeño no vivirá? No, creo que puede sobrevivir, pero lo hará por especialización. Los grandes al final van al volumen y hay importadores que simplemente mueven 40 o 50 contenedores al año, que no representan nada para una gran naviera, pero que son muy importantes para una transitaria más pequeña.

Administración

Ramón Gómez-Ferrer viene del mundo de la administración portuaria y sabe que “adivinar sin una bola de cristal es difícil”, no obstante, y pese a las ideas de algunos expertos que sugieren que las autoridades portuarias deberían tener un modelo un tanto más empresarial, “hay que recordar que la labor fundamental de una autoridad portuaria es gestionar un espacio público; en nuestro sistema el espacio marítimo-portuario es dominio público, no se puede ni comprar ni vender y eso hay que gestionarlo desde una administración, por lo que es muy difícil de cambiar. Podríamos buscar más o menos agilidad, pero desarrollar el espacio portuario requiere una autorización política”.

“El modelo que tenemos en España ha funcionado bien en el buen sentido. Se ha creado un sistema en el que hay que pactar entre el Estado, el Gobierno Regional y el Ayuntamiento. Echando la vista atrás hay que reconocer que el puerto se ha multiplicado por cuatro gracias al diálogo y al pacto entre administraciones. Es necesario que exista consenso social para que el puerto siga creciendo. También hablamos de inversiones muy potentes que son requeridas y que la parte privada no va a hacer”.

Estiba

Respecto a la estiba, Ramiro Rodríguez asegura que, “si queremos estar en el futuro, tenemos que estar en la automatización”.

“Me alegro de que haya salido adelante el tema de la Terminal Norte porque, de lo contrario, yo no estaba muy seguro del futuro del puerto. Ahora mismo se dan las circunstancias para que, si los políticos nos dejan, el futuro del puerto sea fantástico porque lo tiene todo: la experiencia, la ubicación, la comunidad portuaria, la naviera... Si no, nos quedaríamos en lo que éramos antes, un puerto de tráfico interno”.

Agentes marítimos

Salvador Furió, por su parte, no le ve futuro al sector del consignatario entendido como tal “y, como agente marítimo...”

“Las navieras ya ejercen como tal, así que no hay mucha opción que no sea que la actividad esté integrada en esas navieras o que incluso la propia terminal ofrezca ese servicio”, concluye Furió.

Nuevas formas de trabajar: ¿evolución o atraso?

No hace falta explicar que, por encima del día a día y de las muchas o pocas satisfacciones que hayan podido tener, los cinco protagonistas aseguran que lo que más echan en falta son las relaciones con las personas. No es que hayan dejado de tenerlas, pero sí se han reducido sensiblemente.

Obviamente, se trata de personas que han viajado mucho, que han trabajado para organizaciones importantes con cientos de trabajadores, no solo en España sino también en otros países, que han tenido la necesidad de estar en permanente contacto con decenas de clientes, colaboradores, representantes institucionales, asociativos, etc. por lo que ese volumen de relación es difícil de mantener una vez se ha alcanzado la jubilación.

Por su parte, Chema Ballester no echa en falta esas relaciones, “porque trato de mantenerlas, pero sí echo en falta la forma de trabajar de antes, el factor humano se ha ido perdiendo en favor de las tecnologías, que lo hacen todo más frío. Antes Ramiro descolgaba el teléfono y me pedía dos o cuatro camiones, ahora es la tecnología la que te dice que como no pongas cinco camiones allí no trabajas”.

Puede que sea menos humano, pero ¿no es más eficiente? “Posiblemente... con los volúmenes que se mueven ahora, no sería posible trabajar como antes”, reconoce Ballester.

Concentración

Salvador Furió considera que la responsable de esta nueva forma de trabajar es “la concentración”. “Hace años los transitarios iniciaban su actividad y, poco a poco, se iban haciendo grandes hasta el punto de controlar mucho y adquirir protagonismo; a partir de ahí, se iba perdiendo la relación con el agente marítimo (nunca me gustó la denominación consignatario). Si el agente quería buscar carga, tenía que ir a parar a ellos. Por otra parte, la concentración de las navieras provocó que cada vez hubiera menos agentes marítimos hasta el punto de que ya casi no quedan”.

“Eso es lo que peor me sabe del final de mi trabajo: las decisiones sobre nuestro futuro siempre estuvieron en manos de personas que estaban a miles de kilómetros de tu oficina. Tú podías ser muy bueno en lo tuyo, trabajar muchas horas y tener mucho personal, pero de un día para otro Nedlloyd abre oficina en Valencia, Comanav vende a CGM, Nordana abre casa en Barcelona... y eso no dependía de tu trabajo”, asevera Furió.

“Pero eso es evolución. El puerto es evolución”, matiza Ramiro Rodríguez. “Nosotros hemos tenido la suerte de estar en un puerto que prácticamente no era nada y mira lo que es ahora. La evolución se llevó a los consignatarios por delante, a muchos estibadores... Cuando yo me quedé en tierra, en Valencia había 17 empresas estibadoras y eso era inviable porque cada uno pensaba que era el mejor y atendía al barco cuando venía el barco, y el resto del tiempo no se trabajaba y se sobrevivía a base de alquilar máquinas y demás... eso no era viable. La concentración de empresas fue necesaria para poder salir adelante y eso nos ha llevado a donde estamos ahora”, rememora Ramiro.

Con todo, Chema Ballester recuerda que antes todos “trabajaban juntos” por atraer clientes. “Las grandes navieras no han venido voluntariamente, sino por el trabajo y el esfuerzo de todos los que estábamos aquí. Y colaborábamos entre todos porque sabíamos que un transitario individualmente no era capaz de atraer carga si no contaba con el compromiso del transporte, la estiba, aduana, etc.”

“Claro, pero al final, aunque existiera ese espíritu de cooperación, para poder optar a un concurso exigente no tenías más remedio que juntarte con los demás -asegura Ramiro- y al final el gran dragón abría la boca y se lo iba llevando todo”.

“Pues si eso es así, en 20 años los fondos de inversión van a ser los dueños de todo lo que hay aquí -replica Ballester-. Está claro que, aunque no tengas ninguna intención de vender, es posible que algún día te venga algún fondo y te ofrezca mucho más de lo que quieres... y adiós”.

“Es una realidad incontestable -asegura Ramón Gómez-Ferrer- nuestro sector siempre ha necesitado capital para seguir creciendo y responder al crecimiento de comercio mundial”.

Y qué tendremos dentro de veinte años

“Pues pequeñas empresas o autónomos”, contesta Chema. “Yo no veo ninguna luz”, replica Furió. “Cuando empecé en Transbull éramos agentes de una línea (de las primeras que iban a e Extremo Oriente) formadas por tres navieras escandinavas, una holandesa, CMA-CGM y MISC, que tenían una única dirección, un marketing y un pricing que funcionó perfectamente. Esta fórmula es la que utiliza ONE (que espero que dure mucho), en la que las compañías mantienen su identidad, pero los demás han optado por la concentración”, detalla Salvador.

“Yo estuve en Contenemar -explica Ramiro Rodríguez-, que abarcaba toda la cadena logística sin necesidad de contar con transitarios, porque nos encargábamos nosotros de ir a por la carga. Eso duró hasta que llegó la evolución. Pero claro, antes eran barcos de 200 TEUs que llenábamos con la gorra. Cuando los barcos comenzaron a crecer dejó de ser tan fácil y no quedó más remedio que recurrir también a otro tipo de transitarios, y ahí es donde se perdió el control sobre la carga”.

Acceso limitado al sector

Entonces, ¿cómo pueden los jóvenes o emprendedores acceder al sector desde abajo, tal y como se hacía hace años, y competir con los grupos tan potentes que hay en la actualidad? Es muy difícil, coinciden todos, “casi imposible”. “Una solución podría pasar por crear un grupo de grandes captadores de cargas y que uno de ellos vaya acumulando acciones o participaciones de los demás”, explica Chema. “Claro, y cuando las tenga todas llegará el fondo de turno y se lo quedará todo...”, apostilla Furió.

“Siempre quedará el menudeo: el típico que monta una oficina porque tiene algún amigo que le asegura que le va a dar carga, pero es muy complicado. Puede haber algún visionario que se lance y que le salgan las cosas bien por cualquier circunstancia, pero es muy difícil”, asegura Ramiro Rodríguez.

“También cambia la forma de financiación. Yo antes hablaba con el director del banco y no hacía falta que hablara con nadie más; respondías ante él y él mismo se encargaba de que le pagaras (si no, no te dejaba dinero nunca más). Ahora hay que dar muchas vueltas para que te dejen algo y presentar decenas de documentos y avales, lo que tampoco favorece la irrupción de nuevos negocios”, apunta Chema Ballester.

¿Estamos perdiendo soberanía logística? “Totalmente. Además, en este escenario es muy difícil recuperarla”, explica Ramiro.

$!Una mirada al futuro desde la experiencia

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